La Aprilia RSV Mille R se renovó completamente en el año 2001 para, entre otras cosas, mantener su presión sobre la Ducati 996 y, de paso, proponer una Superbike todavía más eficaz y racing, en una época en la que todo lo que fuera deportividad, estaba a la orden del día. Se aprovechó, como cabe esperar, todo lo aprendido en las pistas con Troy Corser y aunque a simple vista todo parecía seguid igual, había mucho escondido.
Aprilia, cuando lanzó la RVS Mille, se metió en una pelea en que nunca había estado presente. Era una marca especializada en motocicletas con motores pequeños; sí, motos deportivas, pero lejos de guerra que había en el segmento de las superdeportivas, donde entró, de cabeza, la con RSV. Es cierto que todo salió bastante bien, pero también es cierto que podría haber sido un desastre.
Merece la pena mencionar que, de primeras, fue una moto que recibió alguna crítica por el diseño de su frontal y por su volumen general, aunque al final acabó con una importante legión de seguidores de su diseño y su tamaño resultó ser de lo más beneficioso, tanto aerodinámicamente hablando, como en lo que a pilotaje se refiere. No siempre por ser pequeño es mejor, aunque los nipones nos tengan acostumbrados a esas cosas.
Así, en 2001, la Mille R se presentaba con muchos cambios ocultos a la vista. Compartía, como en la primera entrega, la misma base técnica que la RSV Mille básica –chasis, motor, muchos elementos de la carrocería… –, pero una cosa es compartir la misma base y otra bien distinta ser la misma moto. De primeras, solo se vendía como monoplaza, aunque podía tener el segundo asiento si se pagaba aparte. De segundas, las suspensiones era mucho más sofisticadas, con elementos Öhlins mutirregulables para ambas ruedas –con un basculante con el eje de anclaje tres milímetros más elevado– y para el amortiguador de dirección, al tiempo que las llantas eran OZ, los frenos Brembo Serie Oro y los neumáticos pasaban a ser unos Pirelli Dragon Evo Super Corsa.
El motor, básicamente el mismo que tenía la moto desde su presentación a finales de los 90, era un dos cilindros en V a 60 grados, con 997,6 centímetros cúbicos –de carrera supercorta: 97 por 67,5 milímetros para diámetro y carrera–, culatas de cuatro válvulas y dos árboles de levas, así como una compresión de 11,4:1, para rendir 130 CV a 9.500 revoluciones y 10,3 mkg a 7.000 revoluciones. Sin embargo, se colocaba en el chasis cinco milímetros más alto.
Con algo más de 200 kilos en orden de marcha –según revista Motociclismo, número 1.727–, la Aprilia RSV Mille R era una moto ligera y, por supuesto, era rápida. La mencionada revista Motociclismo, marcó unos registros notables para la época. El 0 a 100 km/h se hacía en 2,95 segundos, el 0 a 200 km/h lo completaba en 8,7 segundos y encontraba el tope en los 273 km/h. Pero no solo era buen sobre el papel, pues además de considerarse dócil y agradable de conducir, también se destacó su aplomo en curva rápida y la facilidad para moverla de un lado a otro a pesar de su tamaño.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS