Nacida en 1992, la Aprilia SR 50 es uno de los modelos más longevos de la casa de Noale aún en producción. Durante casi 30 años, se ha postulado como uno de los ciclomotores con más espíritu RACER de todos los tiempos, con el permiso de la ilustre Yamaha Aerox. Sí, su motor de dos tiempos es muy pequeño y no tiene marchas, pero es realmente ágil y rápida, teniendo siempre en mente el segmento en el que se mueve.
Son muchos los chavalines que desean conducir una moto nada más cumplen la edad mínima de 15 años (antes 14), pero el mundo de los scooters… digamos que aporta menos carisma y entusiasmo frente a las motos per se. Pero existen algunas honrosas excepciones, con un empaque más deportivo y un aspecto que evoca el mundo de la competición. Bajo su pequeño chasis, la Aprilia SR 50 esconde un verdadero alma racing.
El primer motor que fue montado en la Aprilia SR 50 era de origen Minarelli. Con una arquitectura de un solo cilindro colocado en posición vertical, estaba refrigerado por aire. Cubicaba 49,3 cm³ y contaba con arranque eléctrico (a través de un botón en el manillar) o mecánico (mediante un pedal colocado en el cárter). La primera serie cambiaría a lo largo de los años, aunque el motor seguiría estando firmado por Minarelli.
El cilindro cambiaría su disposición para pasar a estar colocado horizontalmente, disponible con refrigeración líquida o por aire, mientras que los frenos se mantuvieron en una configuración de tambor en el eje trasero y de disco en el frente. La primera actualización “gorda” llegaría en 1997, con un nuevo diseño donde las líneas cuadriculadas se abandonarían en favor de otras más orgánicas y aerodinámicas.
Se han vendido más de 800.000 unidades desde que fue lanzada al mercado y, a pesar de contar con un corazón de dos tiempos, desde 2018 cumple con la normativa Euro 4
Esta segunda serie se caracterizaba por montar un freno de disco en el eje posterior (si el motor era refrigerado por agua), una horquilla delantera firmada por Showa y la tradicional librea de las versiones que competían en el momento en el mundial de Superbikes y 250 cm3, dominado entonces por Aprilia y sus pilotos: Tetsuya Harada, Valentino Rossi, Loris Capirossi. También hubo una versión bautizada como “Stealth” donde se afinó el variador continuo.
Tres años más tarde, la SR 50 se somete a un ligero lavado de cara. Estrenó nariz, intermitentes blancos, guardabarros trasero y panel de instrumentación. Pero la novedad más importante estaría bajo el asiento. Se introduce un motor de inyección electrónica (hasta el momento solo usado en el mundo de los coches) que Aprilia denominaría DiTech. Menos consumo, menos contaminación y mejor rendimiento. Sin embargo, su fiabilidad no había sido demasiado testada.
Tras las quejas de los usuarios, el motor fue sustituido en 2003 por una unidad Piaggio, también de inyección. Era el mismo propulsor que daba vida a otros modelos como la Gilera Runner, demostrando excelentes resultados. La “cuarta serie” de la Aprilia SR 50 llegaría en 2005, estrenando diseño, faros halógenos e instrumentación, la más completa hasta la fecha (autonomía, velocidad media, consumo).
A pesar de estar clasificado como un ciclomotor, la potencia que puede desarrollar el motor de la SR 50 es muy elevada para su categoría. Las malas lenguas dicen que su potencia real puede acercarse peligrosamente a los 10 CV a 10.000 RPM, siendo capaz de alcanzar una velocidad cercana a los 100 km/h. Eso es codearse de tú a tú con motos de 125 cm3, sin tener siquiera permiso para circular en carretera abierta.
Dentro de las modificaciones introducidas en la última versión destacan el nuevo filtro de aire y la tapa protectora del escape. La parte ciclo está compuesta por un chasis de cuna simple de acero, unas ruedas de 13 pulgadas con discos de freno de 190 mm en cada una de ellas, una horquilla invertida de 30 mm de grosor y un monoamortiguador trasero. Sin duda, uno de los grandes ciclomotores de su época, que actualmente está a la venta por 2.599 euros.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS