La Aprilia Tuono V4 R se podía definir rápidamente, como una Superbike con menos carenado y manillar alto. Una de esas motos que no parecen tan veloces ni tan radicales como una deportivo “de litro”, pero que cuando aparecen las curvas, es realmente complicado de seguir a poco que su conductor sepa lo que hace. Pero, el caso es que no era un concepto nuevo, en realidad, esa idea de Superbike con manillar ancho es muy vieja, aunque las propuestas han sido, desde hace años, de lo más variopintas.
Aprilia, por ejemplo, ya ofreció tiempo atrás la primera Tuono sobre la base de la RSV Mille con motor de dos cilindros y ya entonces, su concepción era radical y con unos genes muy racing apenas disimulados. La V4 R no era más que el resultado de una evolución lógica, donde el motor de cuatro cilindros era el principal protagonista. Motor, por supuesto, procedente de la Aprilia RSV4, al igual que el chasis y otros elementos como el equipo electrónico.
Cuando la prensa empezó a ponerse a los mandos de la máquina italiana, las alabanzas no tardaron en llegar. Por ejemplo, la revista Motorcycle decía: “la Tuono V4 R de Aprilia es una de las motos deportivas más brillantes y capaces jamás fabricada”, unas declaraciones bastante rotundas que, sin duda, gustaría mucho en la firma italiana y daría alas a todos los que habían puesto sus ojos en ella y tenía el dinero para gastar, pues, todo sea dicho, la Tuono V4 R no era precisamente barata –más de 16.500 euros en 2012–.

En general, se podría resumir todo diciendo que le quitaron el carenado a la RSV4, le colocaron una máscara a la altura de las tijas, un manillar algo y dulcificaron ligeramente el motor para adaptarlo a sus nuevas exigencias. Y ya. La Aprilia Tuono V4 R es así, una Superbike camuflada y algo más amable, pero poco. Chasis doble viga, horquilla invertida firmada por Öhlins y con barras de 43 milímetros, Brembo para los frenos… Y las estriberas igual de altas que en la RSV4 junto a una dirección medio grado más abierta y 10 milímetros más adelantada.
La potencia del V4 –999,60 centímetros cúbicos, cuatro válvulas por cilindro, refrigeración líquida… – pasaba a ser de 167 CV a 11.500 revoluciones, y el par, de 11,20 mkg a 9.500 revoluciones. La relación peso-potencia era de 1,07 kilos por caballo. Tenía tres mapas de inyección, embrague antirrebote, asistente de arranque en parado –control de salida–, cambio semiautomático –cambio manual, pero sin necesidad de soltar gas ni tocar el embrague–, control de tracción con ocho niveles…
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS