Muy seguramente, el nombre de Bastert Einspurauto le suene a muy poca gente, básicamente a los amantes de la historia de la motocicleta y a los seguidores de los scooter. Es lógico, hablamos de un vehículo que salió de Alemania en la década de los 50, de diseño un tanto particular y de poca difusión. Un scooter de aspiraciones casi espaciales, muy caro y, sin lugar a dudas, creado en una época poco dada a los gastos superfluos.
La Segunda Guerra Mundial no hizo bien a nadie y quien piense lo contrario, es obvio que no está en sus cabales. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial hizo mucho daño a los alemanes, quienes se vieron con una mano delante y otra detrás, viviendo entre ruinas y unas severas limitaciones en determinados casos que impedían un desarrollo rápido y potente. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, de los problemas y de la escasez de casi cualquier cosa, hubo quien intentó destacar y dar rienda a su imaginación y a sus ambiciones.
De hecho, en esta ocasión, hablamos de una empresa que sobrevivió a la Primera Guerra Mundial y fue capaz de sobreponerse a la Segunda Guerra Mundial, aunque con poco éxito y durante poco tiempo. Se trata de Bastert-Werke, una empresa que nació en 1914, fabricó algunas motos después de la primera contienda mundial, luego pasó a fabricar bicicletas con motores pequeños, luego paso a las motos con motores JLO y durante la Segunda Guerra Mundial, fabricó material bélico y acabó con sus instalaciones muy afectadas por los bombardeos.
Sin embargo, fue capaz de poner en producción, después de la guerra, una motocicleta de aspiraciones demasiado altas para la época. Un scooter muy complejo y caro de fabricar, del que se produjeron unas 1.200 unidades. Era el Bastert Eispurauto, un modelo que ya empezó con mal pie, pues el primer prototipo fue robado y nunca se recuperó. En el desarrollo colaboró un técnico de la Universidad Tecnológica de Braunschweig y un inventor llamado Heinrich Huss. Lo curioso es que no había experiencia en el diseño de scooter, pero quisieron imitar a Enrico Piaggio y su Vespa, un vehículo que aglutinaba una serie de características muy interesantes para la época.
El señor Huss estaba caitavado por la idea de crear un novedoso diseño de scooter de lujo, un vehículo que combinara movilidad, flexibilidad y comodidad, pero con un aspecto, una técnica y una producción que los diferenciara del resto. Y eso ahí donde, quizá, se erró en el proyecto. Durante la década de los 50, lo que hacía falta eran vehcíulos simples y baratos, no complejos scooter “de lujo” que destacaran por encima del resto ni que pretendieran impresionar a los usuarios.
No obstante, el desarrollo se llevó a cabo –se investigó y se realizaron cálculos sobre geometrías, carga de las ruedas, distancia entre ejes, centro de gravedad… – y dio como resultado un vehículo algo extraño. La carrocería era voluminosa y protegía a los usuarios de suecidad, agua y aire. La moto se probó en algunas carreras y se lanzó al mercado, finalmente, en 1952. El motor era un monocilíndrico de 175 centímetros cúbicos con una potencia inferior a los 10 CV, lo que no permitía grandes velocidades –apenas superaba los 75 kilómetros/hora–, el cambio era de cuatro relaciones y las suspensiones de tipo telescópico. El chasis era una estructura de tubos sobre la que se montaba la carrocería y las llantas era de tipo lenticular –fabricadas con aleación ligera– con los frenos, de tambor, integrados.
La prensa tuvo muy buenas palabras para el Bastert Einspurauto, pero el precio, 2.000 marcos alemanes de 1952, era demasiado alto para un usuario de scooter. En 1953 se montó un motor más grande y potente en busca de aumentar el interés, al tiempo queso estudiaba la posibilidad de bajar el precio hasta los 1.300 marcos, pero se llegó a la conclusión que no sería rentable. Tampoco se mejoró la red de distribución, lo que no ayudó a las ventas.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS