Estábamos a finales de los 80, cuando BMW necesitaba darle el relevo a su K 100, por muchos motivos, pero el más importante de ellos tal vez era la necesaria renovación de sus motores bóxer, para comenzar a cumplir con la normativa europea de emisiones. Así nacía la BMW K 1.
Después de la K 100 y con la feroz competencia de las motos japonesas, BMW tenía que sacar al mercado un producto nuevo y diferente, que lograse acaparar más ventas. Los ingenieros alemanes se pusieron manos a la obra, para fabricar una moto que fuese capaz de rodar a altísima velocidad por la Autobahn, pero conservando una gran estabilidad. Así se les ocurría carenar completamente la moto y meterla en el túnel de viento para afinarla y reducir su resistencia. De hecho consiguieron un Cx de 0,38, lo cual está muy bien para una moto.
El motor se basaba en el de la K 100, un cuatro cilindros en línea acostado sobre uno de sus planos de manera longitudinal y 987 cm3, pero añadiendo 16 válvulas, inyección electrónica, refrigeración líquida y pistones reforzados para aguantar mayor compresión. Con esto, la K 1 conseguía los 100 CV a 8.000 vueltas, con un par de 100 Nm, superando los valores de su predecesora. En báscula la aguja subía bastante, quedándose en los 234 kg, lo que la hacía un poco pesada.
No todo iba a ser positivo en esta BMW K 1: una estética cuestionable, a la que odias o amas; unos paneles del carenado algo frágiles y que acumulaban un enorme calor por debajo de 80 km/h, que en ocasiones llegaba a quemar las piernas; el anclaje directo del motor al bastidor, que transmitía bastantes vibraciones… vamos que los alemanes no consiguieron la moto perfecta con la que desbancar a los japoneses. A todo esto además hay que sumarle que era más cara: cerca de 1,8 millones de pesetas de finales de los 80. Con todo, vendieron casi 7.000 unidades en el tiempo que estuvo en producción, desde 1988 hasta 1993.
Algunos preparadores actualmente eliminan el carenado y la convierten en una bonita café racer -lo mismo ocurre con la K 100-, dándole una segunda vida al modelo. Si queréis verla en movimiento, aquí os dejamos con una prueba de la BMW K 1 hecha en 1989 por nuestros amigos de Top Gear.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.COMENTARIOS