Moto del día: BMW R850 R (1994)

Moto del día: BMW R850 R (1994)

A imagen y semejanza de su hermana de 1100 centímetros cúbicos, pero más accesible


Tiempo de lectura: 3 min.

La BMW R850 R fue una de las grandes novedades de la firma alemana allá por 1994. Era un paso al frente, un claro avance hacia un cambio en los modelos de la marca. A simple vista, era casi un calco de la R1100 R, la cual se presentó precisamente ese mismo año, pero su motor, algo más pequeño, la volvía más interesante –por precio y prestaciones– para una enorme cantidad de usuarios que, sin lugar a dudas, nunca se habrían fijado en una BMW anteriormente.

BMW Motorrad siempre tuvo una personalidad muy, muy marcada, quizá demasiado, lo que impedía que sus modelos tuvieran una gran aceptación como ocurría con otras marcas. Por el contrario, los usuarios de BMW eran absolutamente fieles a la marca. El caso es que, como le ocurría –y le ocurre– a marcas como Harley-Davidson, los usuarios fieles no ofrecen ingresos suficientes para garantizar la viabilidad de la empresa, así que se hace necesario ampliar horizontes, y por ello, entre otras cosas, apareció la BMW R1100 R y, muy poco después, la BMW R850 R.

La R1100 R era el buque insignia, el modelo aspiracional, pero la BMW R850 R estaba llamada a ser la que trajera los ingresos a la marca, la moto destinada a venderse en masa. Y vaya si lo hizo, se convirtió en uno de los modelos más populares a mediados y finales de los años 90, abriendo la puerta, como se esperaba, a nuevos usuarios, a pesar de su peculiar diseño, pues esa es otra, aunque se buscaba ampliar el abanico de clientes, se mantuvo esa personalidad propia de la marca en su diseño y en sus características.

BMW R850 R 1994 (1)

Características, por cierto, que se compartían con la R1100 R. Elementos como el chasis con motor portante, suspensiones Telelever y Paralever, llantas de radios o de aleación –con neumático trasero de 160 milímetros–, frenos Brembo, escape de acero inoxidable… Sin embargo, llamaba la atención por detalles como la ausencia de un tacómetro y la simple presencia de tres testigos para nivel de combustible, presión de aceite y batería. Era muy espartana, auténticamente roadster.

El motor, con dos cilindros boxer, era una versión con menos cubicaje del empleado en la R1100 R y reemplazaba a los motores K75 de tres cilindros. Hablamos de 848 centímetros cúbicos, refrigeración mixta aire-aceite, cuatro válvulas por cilindro, inyección Bosch Motronic y, por mencionar un detalle más, una compresión de 10,3:1. Todo para rendir 73 CV a 6.750 revoluciones y 77 Nm a 5.600 revoluciones, era la misma potencia del K75 de tres cilindros y 12 CV más que la “vieja” R100 refrigerada por aire.

Por supuesto, la transmisión secundaría era por árbol cardán y la caja de cambios tenía cinco relaciones. Dos elementos que dejaban claro que, aunque nueva, era una BMW en toda su esencia. De hecho, las pruebas de la época dejaron claro que no era una moto de aspiraciones deportivas, era una moto para todo, incluso para viajar –tenía toda clase de accesorios para aumentar su capacidad en largas distancias–, pero la deportividad no entraba en las ecuaciones.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

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