En el Olympia Motor Cycle Show de noviembre de 1931 se mostró al público un interesante planteamiento por parte de Brough Superior, una moto de cuatro cilindros con doble rueda trasera y la posibilidad de añadir un sidecar. La Brough Superior Austin Four, BS4 o Brough “tres ruedas” tenía una curiosa configuración mecánica; para empezar, llevaba un motor de coche.
El fabricante de motos de lujo había hecho experimentos con motores de cuatro cilindros a finales de los años 20, primero con un motor V4 (1927) y después con un tetracilíndrico en línea (1928). George Brough pensó, como muchos coetáneos, que un cuatro cilindros proporcionaría al fin el refinamiento que se buscaba en una moto de lujo, dado que es un motor equilibrado de forma natural.
En 1930 el señor Brough decidió utilizar una base mecánica ya desarrollada y ponerla en una de sus motos. El elegido fue el motor de 747 centímetros cúbicos del Austin Seven, de válvulas empujadas por balancines y refrigerado por agua. El primer prototipo no fue satisfactorio en su entrega de potencia, apenas eran 13 CV, por lo que se llevó el proyecto un paso más allá.
Brough aumentó el diámetro de los cilindros para ganar 50 cc y así llegar a 797 cc, amén de utilizar pistones que lograban una mayor compresión efectiva y un árbol de levas con un calado más agresivo. No se consiguió a cambio una moto especialmente rápida, pero tenía más que suficiente para mover un sidecar hasta cerca de 100 km/h de forma “permanente” según la publicidad de la época.
El desarrollo costó unas 1.000 libras, una fortuna en la época, casi 75.000 euros de hoy
El motor Austin mantenía su caja de cambios de tres velocidades -no sincronizadas- y marcha atrás, con salida de fuerza mediante cardán al eje trasero. Se descartó utilizar una transmisión de cadena porque aumentaría innecesariamente la longitud del vehículo. El cardán acaba en un engranaje de piñón y corona que mueve a la vez dos ruedas gemelas separadas por 7,5 pulgadas. En otras palabras, no lleva diferencial.
El embrague podía accionarse bien mediante la maneta izquierda o con el pie izquierdo, y al carecer de sincronizadores había que elegir bien cuándo insertar las marchas con el pie derecho. El peso del conjunto con sidecar supera los 300 kg. El propio engranaje de transmisión del Austin Seven es una de las razones del “pobre” rendimiento de esta moto.
Detrás de las horquillas Castle había una pareja de radiadores para refrigerar el motor, con una bomba de agua accionada por el propio motor Austin. Por lo visto, en condiciones de alta exigencia esta configuración no era suficiente para mantener el motor en un abanico de temperatura aceptable. Contaba con motor de arranque, a fin de cuentas era una moto de lujo.
No podemos decir que fuese precisamente un éxito comercial, porque solo se fabricaron 10 unidades: ocho en 1932, una en 1933 y otra en 1934. Han sobrevivido nueve unidades: hay dos en Estados Unidos, tres en el Reino Unido (mas una que fue achatarrada en Gales, no superviviente), dos en Alemania, otra en Nueva Zelanda… y una que se creía perdida apareció en un granero en 2015 cuando se auditó la herencia que dejó un coleccionista de Brough Superior. Se matriculó en julio de 1932 como GY 989.
El precio en 1932 era de 188 libras, es decir, casi 14.500 euros actuales, incluyendo el sidecar (se podía comprar sin él)
La historia tiene miga. Hubert Chantrey, amigo de George Brough, participó en la competición Londres-Exeter en diciembre de 1931 con la misma moto exhibida en el Olympia Motor Cycle Show. En un artículo de Motor Cycling (13 de enero de 1932) Chantrey expresó que encargó una para él; llegó a sus manos el 20 de marzo de 1932. Tardó cuatro meses en matricularla de forma definitiva. Chantrey murió en un accidente de aviación al año siguiente.
En otro artículo de Motor Cycling (2 de enero de 1958) se hizo un reportaje a esa moto, contaba que un dueño anterior había reemplazado las horquillas por unas telescópias, la rueda delantera de una Ariel, puso carburador Solex y había cambiado los guardabarros. En 1959 otro dueño dejó la moto como tenía que estar, pero no empleó las horquillas Castle que le correspondían. Frank Vague, que falleció en 2015, adquirió varias Brough Superior, incluyendo esta BS4, concretamente en 1963. Vague compró la moto ya en mal estado, probablemente a un desguace de la zona.
Durante casi medio siglo, esta y otras siete motos se estuvieron pudriendo en un granero
Cuando los hombres de Bonhams se encontraron el lote de ocho motos viejas en el granero de Vague, empezaron a flipar en colores. La BS4 se encontraba junto a cuatro SS80, dos SS100 y una 11.50. Era el mayor alijo hallazgo de motos de esta marca en esta década según Ben Walker, especialista en motos de la casa de subastas. La BS4 acabó siendo adjudicada a un alemán que pagó 419.609,88 euros (al cambio de ese año por 331.900 libras) por ella, un récord tratándose de motos británicas. Su precio estimado apenas era la mitad de la cifra final.
Esta Brough Superior Austin Four tiene por delante mucho trabajo de restauración (tenéis más imágenes en la web de Bonhams), pero a buen seguro su precio se disparará cuando esté perfectamente. A fin de cuentas, solo tres motos de las 10 producidas tienen el motor original, y el primer dueño fue Hubert Chantrey. Por cierto, las otras siete motos del granero alcanzaron un precio en subasta de casi un millón de euros, y no estaban precisamente todas enteras, algunas estaban para tirarlas.
En el National Motorcycle Museum de Reino Unido podéis ver una réplica de la moto achatarrada en Gales, construida a partir de unas pocas piezas de repuesto y, obviamente, un motor de Austin Seven y su caja de cambios.
Otros experimentos británicos del motociclismo con motores de cuatro cilindros de la época que hemos visto en esta sección son la Ariel Square Four (1931) y la Matchless Silver Hawk (1931), siendo la primera mencionada un auténtico éxito de ventas. En plena recesión económica no había mercado para tanto fabricante Premium de motos, y Brough Superior cesó finalmente su actividad al comenzar la Segunda Guerra Mundial.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.COMENTARIOS