Moto del día: Bultaco Metralla 62

Moto del día: Bultaco Metralla 62

Tras el éxito de la Tralla 101, con esta moto la marca de Bultó se asentó aún más gracias a su mezcla de prestaciones y practicidad


Tiempo de lectura: 4 min.

La Bultaco Metralla 62 es una de las piezas clave para entender no sólo la historia de esta marca catalana sino, especialmente, su consolidación. Y vaya, la verdad es que esto es algo de vital importancia cuando estamos hablando de Bultaco. No en vano, cuando Xavier Bultó la funda en 1958 hay muchas dudas en el ambiente sobre su posible éxito o fracaso. Dicho esto, lo mejor será que vayamos paso a paso. En primer lugar, debemos recordar la forma y manera en la que Bultó salió de Montesa. Dirimiendo así sus puntos de vista frente a los de Permanyer, mucho más decidido a centrarse en las motocicletas de serie dejando a un lado la competición.

Al fin y al cabo, en 1957 apareció el SEAT 600 con unos precios más o menos accesibles para las nuevas clases medias, por lo que el negocio de las motocicletas se veía seriamente cuestionado por la llegada del automovilismo masivo. Ante este panorama, ¿qué hacer? ¿Seguir como si no pasara nada? ¿Apostar por las monturas del día a día dejando a un lado las deportivas? ¿O hacer justo lo contrario, priorizando las deportivas y recreativas al ver cómo las motos quedarían a la sombra de la practicidad representada por el ir techado sobre cuatro ruedas?

Obviamente, hoy en día resulta fácil – y ventajista – dar una opinión clara y acertada. Por ello debemos valorar y respetar las tensiones que tuvieron que pasar por la cabeza de Bultó en 1958. Totalmente apasionado por las carreras, pero también proveniente de una saga de empresarios catalanes donde se sabía, por pura supervivencia, la importancia que tiene el hacer cuadrar las cuentas de todo negocio. Así las cosas, en 1959 apareció la Bultaco Tralla 101. Posiblemente la motocicleta de dos tiempos más desenvuelta del momento, aunque al mismo tiempo todo un éxito comercial gracias a sus aptitudes para el día a día. Un equilibrio con el que Bultó había dado en el clavo. Eso sí, había que seguir progresando y consolidando.

Tras asentar la nueva empresa con el lanzamiento de la Tralla 101 donde se combinaba practicidad y deportividad, Bultaco presentó esta montura para estar presente en segmentos con mayor cilindrada

Bultaco Metralla 62, un excelente camino comercial

Con la Tralla 101 se había cubierto estupendamente el segmento del octavo de litro. Y es que, con sus 12,5 CV y su sencillo mantenimiento, más allá del éxito comercial comenzó una llamativa carrera en los circuitos gracias a que, con tan sólo unos retoques, era capaz de plantar cara a motocicletas de mayor precio y cilindrada. En suma, la Tralla 101 se había convertido en una opción excelente para todos los pilotos advenedizos con los que se va creando la cantera del motociclismo profesional.

Llegados a este punto, la gama de la recién creada marca de Xavier Bultó necesitaba un nuevo empujón. Una motocicleta de mayor cilindrada con la que poder no sólo molestar, sino batir, a aquellos modelos superiores entrados en apuros cuando se les acercaba por detrás una Tralla 101. De esta manera, en 1962 se presentó la Bultaco Metralla 62. Dotada con un motor monocilíndrico de 196 centímetros cúbicos, su sencilla mecánica sin las válvulas rotativas que ya incorporaban algunas italianas del momento llegaba a los 19 CV a 7.000 revoluciones por minuto.

Todo ello para mover sus 97 kilos, llegando a una velocidad máxima de 131 kilómetros por hora. Con todo ello, la Bultaco Metralla 62 ganó inmediatamente una justa fama entre los pilotos de equipos privados. Y ojo, lo que es más importante, en el mercado de competición británico. Un dato esencial para que Bultaco pudiera hacer cuadrar las cuentas, pues no hemos de olvidar que durante los años sesenta las carreras de motos en España ni se retransmitían ni ocupaban más que espacios testimoniales en los medios escritos.

bultaco metralla 62 (3)

Una de las claves para el éxito de esta moto fue su buena proyección en el mercado británico, esencial para cosechar buenas ventas así como éxitos en los circuitos

En suma, si una empresa catalana quería fabricar modelos deportivos tenía como condición financiera imprescindible vender en el extranjero. Una estrategia a la que ayudaron los buenos resultados del piloto Bill Smith – especialista en carreras urbanas – en el TT de la Isla de Man con una Bultaco Metralla 62. Sólo superados por los de motocicletas muy superiores con medio litro de cilindrada. Así las cosas, obviamente este modelo comenzó a llamar la atención en los circuitos. Contexto en el que, de forma natural, por después se lanzó la Metralla MK2 con su más que vistoso Kit América.

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Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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