Una motocicleta revolucionaria; una motocicleta referente en su clase; una motocicleta que pondría broche a un reconocimiento internacional; una motocicleta que se ganó un hueco en el corazón de todos los aficionados. Esta es la historia de Bultaco Streaker, una motocicleta que llegó a las salas de exhibición en 1977.
No fueron muchos los ejemplares de la Bultaco Streaker construidos entre 1977 y 1979, antes de que la fábrica echase el cierre de todas sus operaciones. Esa crisis se prolongó hasta el año siguiente, cuando las puertas de la fábrica en Barcelona reabrieron por otros tres años (donde se mantuvo en catálogo) antes de que el Gobierno pusiera a la compañía en soporte vital de nuevo, donde permanecieron un poco más de forma agonizante antes de cerrar inmisericordiosamente en 1983.
A comienzos de 1977 Bultaco decidió renovar su modelo de carretera dirigido al público joven, la Junior, una moto lanzada el 1966 que ya se había quedado anticuada
La Bultaco Streaker fue la última gran obra de Bultaco. Se trataba de una pequeña moto deportiva cuya principal virtud era su excepcional estabilidad, producto de su innovador chasis multitubular. Siguiendo los pasos de la Tralla 101, la primera Bultaco, la Streaker tenía que distinguirse de la competencia. Finalmente, el nuevo modelo fue presentado en el Salón de Barcelona de 1977 en dos versiones: 75 y 125 cm3.
En esos tiempos, la compañía catalana ya atravesaba una situación financiera notablemente complicada. Con la cilindrada más baja se pretendía convencer a los más jóvenes (a partir de 16 años) del mercado nacional mientras que la segunda buscaba ventas fuera del país. En el resto de Europa se podía conducir una moto de 125 cm3 desde los 16 años. Podían parecer mecánicas muy pequeñas a primera vista, pero podían exprimirse al completo gracias a un gran conjunto.
Su chasis multitubular era de doble cuna abierta, con el eje del basculante y de la dirección en matrimonio. Esta fue una solución que, hasta el momento, jamás se había aplicado en una motocicleta, e incluso se continúa usando en la arquitectura de las máquinas de MotoGP. La unión estaba hecha mediante sendos tubos de refuerzo situados entre la pipa de la dirección y el basculante, distinguiéndose por un esqueleto realmente delgado.
El equipo de frenado también estaba a la altura, con discos de freno de 220 mm en ambos ejes que ofrecían un mejor tacto que los tambores. También fue la única moto de la firma española en contar con llantas deportivas de aluminio fundido, de 18 pulgadas. La suspensión se montó acorde con el resto de la moto, con una horquilla de 28 mm en el eje anterior y dos amortiguadores con reglaje de precarga en el posterior.
El corazón de la Bultaco Streaker era el mismo que ya se montaba en otros modelos como la Frontera. En su versión más potente (125 cm3), este bloque monocilíndrico de dos tiempos era capaz de entregar hasta 14 CV de potencia máxima, suficiente para alcanzar fácilmente los 120 km/h mediante una transmisión de seis velocidades con embrague multidisco bañado en aceite. Gran parte del mérito de estas prestaciones se daban gracias a su bajo peso: 85 kilos en vacío.
Hasta 1977, el único color disponible era negro con detalles en dorado. No fue hasta 1979 cuando apareció la decoración blanca, como las que pilotaban Ángel Nieto y Ricardo Tormo
El primer kit para potenciar la Bultaco Streaker vino de la mano de Luis Viñas, antiguo técnico de Bultaco y creador de la empresa Tedemo. El motor refrigerado por agua recibía en su único cilindro un baño de cromo, una culata de fundición, un aumento de cubicaje (de 118,82 cm3 a 122,29 cm3), radiador de agua fabricado en cobre, bomba de agua mecánica anclada directamente al cigüeñal, cojinete de alto rendimiento (hasta 20.000 RPM) y retén de doble labio.
Con estas modificaciones no solo se doblaba casi la potencia de fábrica, sino que tampoco había pérdidas de la misma generadas por el calor del bloque refrigerado por aire. Con esta segunda serie, la Bultaco Streaker había logrado infundir en los aficionados cierta fe en la marca que, desde los tiempos de la Metralla II, se había ido perdiendo. También se barajó la posibilidad de equipar un nuevo y potente motor de 80 cm3, pero la idea no pasó de la fase de prototipo.
Sin duda alguna, la Bultaco Streaker fue una adelantada a su tiempo. Fue uno de esos productos que, tal vez, eran demasiado buenos para una compañía que no podía asumir los costos. Y, aún apesadumbrado por el fallecimiento de una marca tan emblemática, la Bultaco Streaker fue, probablemente, la mejor forma de despedirse.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS