Moto del día: Cremsa Rally

Moto del día: Cremsa Rally

Con su estética especialmente singular, esta motocicleta nacida en 1960 fue la única de la marca


Tiempo de lectura: 3 min.

En el amplio panorama motociclista dado en España, resulta casi imposible saber cuál podría ser la pieza más rara, escasa o codiciada entre los coleccionistas hablando de modelos fabricados en serie. No obstante, si hemos de guiarnos por las existencias disponibles en el mercado posiblemente la Cremsa Rally sea una de las que más alto deberíamos poner en una hipotética lista de rarezas. Para empezar, se trata del único modelo – en varias cilindradas eso sí – fabricado por esta empresa especializada en el mundo de los motocarros. Además, su particular diseño – muy al hilo de la DKW Hummel – le da un extra de singularidad.

En suma, este diseño elaborado en Barcelona es toda una “ rara avis “. Pero vayamos por partes. En primer lugar, hemos de entender de dónde salió Cremsa. Fundado a comienzos de los años cincuenta, este taller se dirigió a la fabricación de bienes de equipo para las industrias automotriz, textil y eléctrica. No obstante, según se plantilla fue creciendo – a finales de la década ya pasaba de los 25 trabajadores – sus objetivos fueron ampliándose a la producción de sus propios vehículos ya acabados. Así las cosas, hacia 1956 presentó el motocarro Pato.

Caracterizado por un diseño frontal que bien recordaba al ave nombrada, éste fue otro de los muchos vehículos industriales con tres ruedas producidos en la España del momento. Eso sí, llegando quizás demasiado tarde a los mejores tiempos para los motocarros. No en vano, estos eran fruto de la escasez sufrida durante la posguerra. Una situación en la que eran muy pocas las empresas y autónomos con posibles como para permitirse una furgoneta. Sin embargo, según el nivel de vida fue creciendo rallando los sesenta el parque móvil fue cambiando inexorablemente. Algo que, en lo industrial, tuvo mucho que ver con la salida al mercado de la Citroën AZU fabricada en Vigo.

cremsa rallye (3)

Cremsa Rally, hija de la Hispano-Villiers

En la España de los cincuenta la capacidad de producción iba despegando poco a poco. De hecho, desde la estatal ENASA a las participadas por capital extranjero como la FASA cada vez eran más las empresas de gran envergadura capaces de cumplir fielmente con los requisitos de la fabricación en serie. Sin embargo, lo que seguía faltando era un diseño propio, una ingeniería, a la altura. Debido a esto, la fabricación bajo licencia de diversas patentes fue una constante.

Eso sí, a decir verdad hubo algunas marcas que, en el terreno motociclista, se aventuraron con mecánicas patentadas por ellas mismas. En este sentido, quizás el caso más ejemplificante sea el del Montesa, lo cual se debió al magnífico impulso creativo de Xavier Bultó. No obstante, las más de las veces no se podía fabricar un motor propio. Especialmente en el caso de las marcas más pequeñas y modestas. Contando entre ellas desde Setter en Elche hasta Cremsa en Barcelona pasando por Rondine en Madrid.

Así las cosas, el motocarro Pato sólo fue posible gracias al uso del motor Hispano-Villiers. Producido en Barcelona bajo licencia inglesa para equipar así a decenas de modelos ensamblados en la España de los años cincuenta. Una época en la que el motociclismo aún vivía años dorados antes de la popularización del automovilismo, propiciando un cimiento sobre el cual se construyó la idea de la Crema Rally en 1960.

cremsa rallye (1)

Un modelo sin duda mucho más ambicioso de lo que se le podría suponer a una empresa tan pequeña. En primer lugar por su diseño realmente llamativo – integrando la línea del depósito con el propio faro – pero también por sus motores Hispano-Villiers con 197 y 250 centímetros cúbicos. Algo muy alejado de las sempiternas turismo con 125 centímetros cúbicos fabricadas por multitud de pequeñas casas españolas. Sin duda, un modelo de lo más escaso y exótico.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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