La Ducati 750 Sport representa, o casi, la auténtica esencia de la firma italiana. El motor era el ya conocido bicilíndrico refrigerado por aire, culatas con dos válvulas, distribución desmodrómica y una potencia relativamente contenida, pero aprovechable ya acompañada de una buena cifra de par. Todo ello, montado en un chasis de tubos muy rígido, complementado por unas suspensiones igualmente duras.
Básicamente, la receta de una motocicleta deportiva como se hacía antes, como las hacía Ducati allá por los años 80. De hecho, la 750 Sport data, precisamente, de los años 80, una época que fue turbulenta en todas las ramas del motor, con lanzamientos que se hicieron míticos y, sobre todo, en el mundo de las dos ruedas, con los japoneses poniendo en circulación algunas de sus motos más icónicas.
Los fabricantes nipones no tuvieron compasión y comenzaron con un desembarco de máquinas tremendamente rápidas y sofisticadas: Honda VFR750R, Yamaha FZR 1000 Exup, Suzuki GSX-R 750, Honda CBR 600 F, Kawasaki GPZ 900 R… Y entre todas ellas, la Ducati 750 Sport con un planteamiento absolutamente diferente, un planteamiento totalmente tradicional.
Es cierto que por aquel entonces también estaba en liza la Ducati 851, la Superbike de Borgo Panigale en aquellos años, pero la 750 Sport destacaba por la pureza del concepto que representaba. No había complicaciones mecánicas, no había soluciones complejas y caras para el chasis, una horquilla convencional –no regulable– y un basculante de tubo rectágular –con amortiguador regulable en precarga–… Era una motocicleta deportiva muy purista, que no buscaba las máximas prestaciones, sino la máxima eficacia en carretera.
Con, exactamente, 748 centímetros cúbicos, el motor rendía 72 CV a 8.500 revoluciones y 6,4 mkg a 6.350 revoluciones, el cambio tenía cinco relaciones y, al menos sobre el papel, aprovechaba la potencia disponibles de forma excepcional. La velocidad máxima anunciada era de 210 km/h y los 400 metros con salida parada los completaba en 13,2 segundos. Cifras que a muchos motores les importan bien poco, lo realmente bueno es lo que se obtiene al conducir, pero siempre son una muestra de las capacidades de la moto.
La Ducati 750 Sport era, como decíamos, una deportiva pura y estaba destinada a moteros que buscaban una conducción purista. No era, ni de lejos, tan rápida como algunas de las motos antes mencionadas, pero era muy eficaz y además, aprovechable en carretera abierta. Su motor era elástico y en carreteras con curvas de radio medio y corto, se desenvolvía como pez en el agua, aunque la estabilidad del chasis y la rigidez de las suspensiones también permitían afrontar curvas más amplias a una elevada velocidad.
Esas suspensiones de tarado muy duro eran un problema cuando el asfalto estaba muy roto y no tenía amortiguador de dirección. Obviamente, tampoco garantizaban un mínimo de confort. Sin embargo, quien se compraba una Ducati 750 Sport no buscaba confort ni facilidad de conducción, buscaba sensaciones y conducción pura.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS