Harley-Davidson, uno de esos nombres mundialmente famosos aunque ni siquiera te gusten las motos. No importa a quién preguntes, todos han escuchado el nombre de Harley, y eso, es todo un logro, aunque haya tenido una época bastante complicada en cuanto a resultados comerciales.
Por lo general, si no contamos la Harley-Davidson Pan America, la firma con sede en Milwaukee se ha dedicado siempre a las motocicletas custom, o mejor dicho, a las motocicletas al estilo norteamericano: largas, bajas, pesadas y de motores tranquilos pero muy grandes. Una forma de entender la moto tan interesante y apasionante como cualquier otro, pero con una legión de seguidores muy particular.
Un ejemplo muy ilustrativo del estilo de la firma yankee, es la Harley-Davidson Softail Slim, un modelo lanzado al mercado en 2011 y que representaba el custom más básico y tradicional. Un modelo inspirado en las bobber construida en los años 50 por aquellos militares que llegaban de la guerra en Europa.
La Softail Slim, como su denominación indica, se basaba en la gama Softail, que buscaba ofrecer una imagen de chasis rígido –hardtail–, sin suspensión trasera, pero que en realidad sí escondía un sistema de suspensión oculto –softail es algo así como “cola suave” o “cola blanda”–. Sin embargo, la Slim jugaba con el aspecto de “moto de malote”, y adoptaba detalles bobber y del custom más tradicional.
Y como se inspiraba en el estilo bobber, la presencia de cromados era limitada. Una de las características del mundo de las custom, es la preferencia por añadir cromados a todo lo que se pueda, pero curiosamente, también está la vertiente donde se eliminan la mayor parte de los cromados, que por lo general, suele ser la más radical y con carácter, como se hizo precisamente con la Harley Softail Slim.
Sin embargo, en el fondo, aunque se presentó como un modelo nuevo en 2011, no había grandes novedades. Montaba un manillar “Hollywood”, que estaba inspirado igualmente en el pasado de la marca, montaba unos guardabarros distintos a los del resto de versiones Softail, neumáticos más gruesos y una horquilla más corta y con menos lanzamiento. El depósito de gasolina era el famoso “Fat Boy” y el asiento, monoplaza y 650 milímetros del suelo, tampoco tenía un gran misterio.
El resultado, no lo vamos a negar, es atractivo. Las custom tienen algo que, o bien te gustan, o bien las odias, pero no dejan indiferente a nadie incluso cuando se presentan tan sencillas como la Softail Slim. Aunque todo el mundo tiene la misma opinión cuando despierta el propulsor, que para la ocasión, era el Twin Cam 103, que como el número indica, tenía 103 pulgadas cúbicas, 1.688 centímetros cúbicos, un motor que respiraba a traves de unos escapes “Shotgun” y unos silenciadores “Slash-Cut”.
La potencia era de unos 65 CV, pero el par era de nada menos que 132 Nm a 3.250 revoluciones. Suficientes para pasear y sentir las pistonadas del motor, mientras se controlan los 320 kilos que pesaba todo el conjunto,
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS