La Honda C70 Dream es uno de los modelos más importantes de la marca. Apareció en 1957, tras una importante ampliación de capital a 360 millones de yenes con el objetivo de crecer todo lo posible, pero sin dejar de lado la innovación, la calidad y el diseño.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Japón se vio negativamente afectado por las diferentes acciones que tomaron los aliados y su industria, como ocurrió en Italia y en Alemania, estaba muy vigilada. Sin embargo, Honda, uno los principales fabricantes de motocicletas, logró despuntar rápidamente. De hecho, apenas 10 años después de acabar la contienda, ya ponía en circulación modelos innovadores y por encima de la media.
La Honda C70 Dream, que tenía cierto parecido con la NSU Supermax –hubo cierta inspiración en el modelo alemán–, fue un modelo que incorporó varias novedades que, curiosamente, no gustaron a todo el mundo y hubo quien llegó a criticar al modelo y al fabricante poniendo en duda su fiabilidad. Comentarios que se debían al alto régimen que el motor era capaz de alcanzar.
Ese alto régimen era necesario para obtener la potencia de la que presumía, y que provocó que el propio Honda saliera al paso con unas palabras que quedaron registradas en el primer libro de Honda, Hablando con franqueza –Zakky Baran–: “Nostros ponemos el énfasis en una mayor potencia del motor. Sin embargo, Honda aumenta la potencia aumentando las revoluciones del motor, por lo que algunas personas parecen criticar nuestros motores por su corta vida útil. Los fabricantes piensan que de esta manera puede no conseguir una vida útil muy larga de sus motores. Si el diseño de ingeniería es deficiente y la precisión es baja, entonces la fricción resultante consumirá potencia, por lo que la eficiencia también será baja. Si intentar forzas mayores revoluciones en un motor como ese, es inevitable que se estropee. Pero sería un error por parte de ellos decir que, solo porque sus motores se estropean, los de Honda también deben estropearse”.
Solo es una parte de todo lo que decía, pero el caso es que la Honda C70 Dream provocó polémica sobre su fiabilidad por las características del motor. Para empezar, era el primer bicilindrico cuatro tiempos de producción, tenía 250 centímetros cúbicos –247 más exactamente– y era capaz de superar a los motores de dos tiempos de mismo cubicaje en potencia: 18 CV a 7.400 revoluciones.
Fueron esas revoluciones las que provocaron el debate y las palabras antes mencionadas de Soichi Honda. Un debate que eclipsó ligeramente otros detalles del motor, como la fabricación con aluminio para cárter, cilindro y culata, el árbol de levas en cabeza, la transmisión primaria por cadena…
El chasis de la Honda C70 Dream era una estructura de acero estampado y abierto por abajo, con una horquilla delantera oculta por una estructura que incluía el guardabarros delantero. Soichiro Honda insistió mucho en el uso de aluminio fundido a presión por su idoneidad para la producción en masa, su precisión y su peso ligro. De hecho, cuando la marca empezó a fabricar la Honda Super Cub, era el mayor consumidor de aluminio de la industrial automotriz japonesa.
Se fabricaron un total de 27.253 unidades de la Honda C70 Dream y hoy, todas las supervivientes están en el garaje de algún coleccionista.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS