Los fabricantes japoneses tienen un largo historial diseñando motos utilitarias y racionales. Sencillas y económicas, pero perfectas para motorizar al pueblo que busca un vehículo funcional en el día a día, dejando un poco de lado la pasión o las prestaciones que tanto asociamos al mundo de las dos ruedas. Buena prueba de ello es nuestra protagonista de hoy: la Honda CBF 250 conocida en otros mercados como la Honda Twister.
Llegó a los concesionarios de nuestro país para sustituir a todo un mito rodante: la CB 250, también conocida como Two Fifty (literalmente “dos cincuenta”), a la que nunca llegó a superar ni en ventas ni en longevidad. En nuestro mercado estuvo a la venta entre 2004 y 2007, sufriendo un pequeño restyling a la mitad de su vida comercial. La normativa anticontaminación Euro 3 acabó con su comercialización, al igual que con muchas otras coetáneas. Honda creyó que el volumen de ventas no justificaba una regeneración del modelo incorporando ya inyección electrónica y demás avances para lograr un menor impacto medioambiental.
La Honda CBF 250 es una naked pequeña, ligera y muy fácil de llevar. Ha sido la moto escuela de infinidad de personas que aprendimos a conducir con una de estas y desde luego una buena opción como primera montura “grande” para soltarse e ir haciendo manos.
De estética sobria pero elegante. Sus formas son capaces de evocar una línea clásica (protagonizada por ese gran foco redondo) y a la vez trasmitir frescura y una apariencia juvenil. En ella todo está orientado a la practicad y austeridad sin ornamentaciones estériles de ningún tipo.
En el apartado técnico la máxima se mantiene: sencillez y economía. Esta CBF está animada por un monocilíndrico de carburación, refrigerado por aire y aceite. La potencia es de unos modestos 20 CV, más que de sobra para moverse por ciudad y hacer incursiones en carretera o autovía siempre que no se tengan prisas. Su velocidad de crucero óptima son los 110 km/h, pudiendo alcanzar los 140 km/h de punta. Esta cuarto de litro es muy austera en consumos y apenas precisa algunos cuidados básicos para funcionar con normalidad.
La parte ciclo sin sorpresas: todo vuelve a ser muy convencional. Un chasis tubular de acero de doble cuna con basculante de aluminio como única ostentación, correctos para las pretensiones del modelo. Los frenos, de disco simple en la rueda delantera y tambor en la trasera, cumplen con creces sin necesidad de recurrir a soluciones de alta tecnología pudiendo considerarse este aspecto lo mejor de la moto.
Pese a que hace más de diez años que ya no se vende, la CBF 250 sigue siendo una buena primera moto para todos aquellos que se saquen el carnet A2 y tengan un presupuesto ajustado, ya que pueden encontrarse buenas unidades rondando el millar de euros. La única pega reseñable es la ausencia de ABS, algo muy recomendable ya que evitará los típicos sustos o caídas tontas del conductor inexperto.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.La verdad es que sí, curiosamente. BMW con las 310, Suzuki tiene ahí el motor 250 que lo monta en la V-strom, en la Inazuma y en la GSXR 250… kawa tiene tb el de 300 cm3….
A mi la verdad es que este tipo de motos como moto de iniciación me parecen fenomenales, y también como utilitaria para el día a día. Si que es verdad que en carretera hace falta un poco más de cubicaje para no “estresar” el motor. Pero como moto de rutina, chapó.
La de la imagen no es una 250 verdad? por que monocilindrica y dos colectores de escape… supongo que será la 500. Un saludo
Tienes razón. He confundido las imágenes. Ya me vale. He tenido una de estas durante cinco años y me equivoco con la foto ?. La de la foto es una CBF 500. Ahora lo cambio.
Hola, lo que ves es el chasis en color gris. El escape lo ves en color negro. Es una moto monocilíndrica. Una V desde Chile 🇨🇱