Si la memora no me falla, creo que esta es la primera vez que en la moto del día vamos a tratar sobre un modelo destinado a un público juvenil, a niños, y no a personas adultas. Qué curioso se me hace escribir sobre la Honda CRF 110 precisamente por eso, ya que lo de las motos es algo que asociamos como poco a la adolescencia, con esos ciclomotores de 49 cc que tenían un puñado de afortunados aparcados a las puertas del instituto.
La Honda CRF 110 es una moto escuela de enduro. No esta pensada para circular por vía pública, como es lógico, ya que sus usuarios no pueden ni sacarse el carné a estas edades. El objetivo de esta moto es que los niños vayan teniendo contacto con el mundo de las dos ruedas, siempre por vías privadas o circuitos, normalmente acompañados de su progenitor a escasos metros de distancia.
Reconozco que este mundillo es ajeno para mí. Por desgracia, la única moto que tuve en mi infancia fue una eléctrica que me regalaron los Reyes Magos. En cualquier caso, esta pequeña Honda sirve como segundo peldaño en la escala “educativa” de un piloto de enduro o motocross, que normalmente comienza con motos de 50 cc para saltar luego a una de estas.
Si analizamos las cifras de la moto vemos que todo va a pequeña escala. Su peso es de sólo 74 kilos, ideal para que un chavalín pueda con ella. El motor es un viejo conocido del que escribe estas lineas. Se trata de la unidad de 110 cm3 que los japoneses empleaban en la Honda Wave 110, solo que en este caso se deja un caballo por el camino, dando un total de 7 CV. Pesa prácticamente lo mismo que la Montesa Cota 301RR.
El motor está alimentado mediante un carburador porque total, no necesita cumplir ninguna homologación anticontaminación para poder ser matriculada, porque estas motos no se matriculan. Cuenta con arranque eléctrico como principal reclamo para un público de corta edad al que el arranque por patada quizá se le atragante, aunque la opción del kick-start también está ahí por si falla la batería.
El motor está bastante lleno y tiene buen par desde bajas vueltas, ideal para alguien que está aprendiendo, ya que no tiene que preocuparse de que el motor caiga de revoluciones más de la cuenta y se quede muerto. Además, la fiabilidad es a prueba de bombas con estas mecánicas.
Destaca la caja de cambios semiautomática de cuatro velocidades, idéntica a la que usa la ya mencionada Wave, o la Honda Innova, de la que también hablamos en su día. El embrague lo accionas al pulsar con el pie el selector del cambio, con la puntera para subir marchas y con el talón para bajarlas, justo al revés que en una motocicleta convencional.
A nivel de chasis todo es sumamente simple. El bastidor es algo parecido a una doble viga pero que converge en un único punto a la hora de unirse al basculante. Por otro lado, el basculante es tubular y cuenta con un refuerzo superior en forma de horquilla para aguantar el mal trato.
La frenada estaba confiada a un par de tambores en ambos ejes. Como nota curiosa, cuenta con un mecanismo para limitar el recorrido del puño del gas para así ir adaptando la entrega de potencia de la moto a las habilidades crecientes del piloto.
Se vendía nueva por unos 2.200 euros, aunque desde hace unos años ha desaparecido del catálogo de Honda en nuestro país. Hoy en día la moto de campo más pequeña que venden los japoneses es la Honda CRF 250 L, que hombre, para que aprenda un crío… no es.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS