Con la serie de modelos GB, Honda quiso hacer un bonito homenaje a las motos británicas de toda la vida. GB es precisamente el acrónimo de Gran Bretaña (en inglés, pero para el caso nos da igual). El modelo más conocido fue la Honda GB 500 TT, que igualmente rendía también pleitesía al Tourist Trophy. Pero hoy os traemos a su hermana pequeña, la Honda GB 250 Clubman, desconocida en estos lares, ya que fue uno de esos modelos desarrollados para el mercado interno japonés.
La Honda GB 250 Clubman estuvo a la venta entre 1983 y 1997. A la hora de concebirla, los japoneses partieron del propulsor de la Honda XR 350 R de enduro. Pero no os penséis que fue un trasplante a corazón abierto. Honda, como siempre a su manera, redujo la cilindrada a 249 cc y tomó las piezas necesarias, desarrollando otras pensando en el nuevo uso que se le iba a dar, lejos de la tierra y las pistas.
Convirtieron la culata de un solo árbol de levas a uno doble DOHC, hicieron que la cámara de combustión pasara a ser radial y de cuatro válvulas, doble carburador (que realmente lo que hacen es funcionar en serie, a bajas vueltas uno y altas vueltas ambos), caja de cambios de seis velocidades y un sistema de escape doble.
Aprovechando el desarrollo de este motor, no solo se usó en la Honda GB 250 Clubman, sino también en la Honda CBX 250 RS. Y lo cierto es que las prestaciones no estaban nada mal. Incluso eran superiores a lo que uno podría pensar para ser simplemente una “dos y medio”.
Con aproximadamente 30 CV a 9.500 vueltas, el monocilíndrico con refrigeración por aire y de cotas internas 72×61 mm no iba demasiado apretado (relación de compresión 9,4:1). Un bonito y sencillo chasis tubular de época, horquilla telescópica convencional con fuelles, doble amortiguador, freno de disco delantero -junto a un tambor trasero- y mucho cuidado por los detalles, hacían que nos trasladásemos un par de décadas atrás en el tiempo.
Las llantas de radios de 18″ (90/90 y 110/90) eran el complemento perfecto. Un depósito alargado de 17 litros con tapón estilo Monza, asiento a 760 mm del suelo y reducido peso (en seco) de 130 kg, le hacían tener unas prestaciones más que dignas, superando los 150 km/h.
Honda fue muy “cuca” y desarrolló una transmisión muy cerrada en las tres primeras marchas. Con ello las aceleraciones eran superiores a lo que uno esperaba, más de una moto grande se llevaba sustos en las arrancadas. Luego simplemente podías decir que no habías querido correr más.
En este enlace, tenéis fotos del catálogo original de la Honda GB 250 Clubman (en japonés).
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS