Corría el año 1990 cuando se presentó la Honda ST 1100 Pan-European. Su llegada al mercado fue una auténtica renovación en el segmento de las motos grandes de turismo. La ST 1100 marcó la pauta de cómo tenía que ser una touring moderna. Fue una especie de génesis. El modelo introdujo muchas mejoras y novedades, consiguiengo un producto redondo, varios pasos por delante de lo que estaba ofreciendo la competencia.
Los japoneses ya tenían en el catálogo una moto rutera de altos vuelos: la Honda Goldwing, probablemente la moto de turismo más reconocida de la historia. El problema con la Goldwing es que se diseñó pensando en el gusto americano: algo lujoso es algo grande. De hecho, el modelo se fabricó en Ohio desde 1974 hasta 2009.
Para el comprador europeo promedio, la Honda Goldwing era demasiado grande, demasiado barroca y demasiado… exagerada en todos los aspectos. En el viejo continente había hueco en el mercado para una gran touring, pero era necesario cambiar la receta para adecuarla al gusto del paladar europeo. La idea era construir una moto lo más cómoda posible, enfocada en realizar grandes viajes y que siguiese pareciendo una moto, no un coche de dos ruedas o una barraca de feria. Había que darla un aire más… sofisticado.
Los japoneses lo supieron ver y presentaron la ST 1100. El nombre del modelo era toda una declaración de intenciones: Pan-European. Una moto para recorrer toda Europa, de punta a punta si es necesario. La Honda ST 1100 es una moto pensada para viajar y devorar kilómetros con la mayor de las comodidades. Tiene una gran protección aerodinámica gracias a su carenado integral de grandes dimensiones y a una cúpula frontal muy elevada.
La ergonomía también es otra de las claves de su comodidad. La postura de conducción es completamente erguida, sin cargar peso en los brazos. El asiento, de grandes dimensiones y generoso mullido, completa la fórmula para que esta máquina pueda conducirse durante horas sin notar especial fatiga.
La Pan-European venía de serie con dos grandes maletas laterales integradas en la carrocería y se le podía añadir facilmente un baúl superior. Gracias a estos tres elementos la capacidad de carga era muy digna para tratarse de una motocicleta. El equipaje dejaba de ser un problema a la hora de viajar.
Para el motor se recurrió a una arquitectura poco convencional, pero que por aquel entonces tenía un aura especial en la casa del ala dorada. El propulsor es un cuatro cilindros en V, como en la familia VFR, solo que aquí está orientado longitudinalmente. Se refrigera por circuito de agua y está alimentado por carburadores, como es lógico dada la edad del modelo. La potencia alcanza los 100 CV. Como ya os podéis imaginar, es un motor al que le gusta girar lento de vueltas y que te mueve a base de pocas pistonadas y mucho par.
La Honda Pan-European es grande y voluminosa. Su peso no se queda atrás, ya que son 283 kg de moto. Aun con esas, gracias al corte tranquilo del motor, su consumo ronda los 5,8 l/100 km de media. No es una cifra alta para el tipo de moto del que estamos hablando y su edad.
La transmisión corre a cargo de un eje cardán, con lo cual uno se evita el engorroso mantenimiento de la cadena, que puede llegar a hacerse bastante pesado y costoso a nada que empieces a recorrer grandes distancias con frecuencia.
La Honda ST 1100 estuvo a la venta de 1990 a 2003, cuando la sustituyó la ST 1300. En 1992 se incorporó un sistema ABS al modelo. En 1996 se realizaron cambios para corregir algunos puntos flacos. Se mejoró el sistema eléctrico con un alternador de mayor capacidad ya que el anterior iba muy justo y tendía a fallar a nada que se incorporasen algunos accesorios eléctricos a la moto, como los puños calefactados. También se sustituyó la horquilla delantera por una de mayor diámetro.
La clave de la Honda ST 1100 Pan-European es que consiguió aunar una moto muy comoda para viajar, con un cierto dinamismo y caracter deportivo, propio del mundo de las dos ruedas y que las grandes motos de turismo nunca habían ofrecido hasta la fecha.
De segunda mano los precios comienzan en 2.000 euros. Casi todas las unidades que podáis encontrar en las páginas de clasificados tienen un montonazo de kilómetros a sus espaldas. No os asustéis por eso. El motor es muy longevo, ya que no va apretado. Un fallo endémico de este modelo es que tiende a presentar oxidación tanto en el basculante como en la parte inferior de los tubos de escape. Vigilidad a conciencia esa zona si os decidís a comprar una.
A parte de eso, no es un modelo que tenga un mantenimiento especialmente caro o complicado, si tenemos en cuenta que estamos hablando de un producto premium. Toda la mecánica es bastante sencilla y convencional, muy japonesa. Por poco más de 2.000 euros te puedes hacer con una auténtica moto rutera. Eso sí, con tantos años a sus espaldas es muy importante dar con una unidad que se haya cuidado bien durante todo ese tiempo.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Gracias mi estimado por tus reportajes, siempre me había gustado esta moto pero ninguna referencia en castellano me encontré, hasta este, ya me la compré y estoy feliz, de nuevo muchas gracias y felices rodadas,,
¿Te compraste la moto por “nuestra culpa”?