A finales de 1989, Honda decide que ya es hora de jubilar su vetusta Honda PA 50 (conocida también como Honda Camino/Hobbit). El pequeño ciclomotor, producido en Honda Benelux (Bélgica), lleva desde 1976 al pie del cañón. Los japoneses deciden crear un vehículo a medio camino entre un ciclomotor y un scooter, perfecto para ciudad, y que además sea muy atractivo gracias a sus combinaciones de colores llamativos y formas exteriores poco convencionales. Nace así el Honda Wallaroo 50, tomando el nombre del pequeño marsupial.
Exactamente el 11 de febrero de 1990, dos centenares de Honda Wallaroo 50 están listas para darse un paseo por Bruselas, acompañados por el club Honda Gold Wing de Bélgica. En concreto son las primeras versiones, denominadas Cricket & Co. Es un vehículo que sorprende desde el primer momento, precisamente por algunas de sus soluciones técnicas nunca vistas hasta ese momento y pensada para facilitar la vida de los usuarios.
Parece un scooter, aunque realmente no lo es. Lleva un pequeño hueco bajo el asiento que permite almacenar objetos cotidianos. Y lo mejor son los colores, noventeros a más no poder. Rosa brillante, amarillo, verde o morado, combinaciones que nadie se atrevería a juntar, pero que hace que cuando veas una Wallaroo en la calle se te escape una sonrisa. Alguna gente la apodó la Tupperware, por los colores y todo el plástico que usaba, cuando en otros modelos se seguía recurriendo a materiales metálicos.
El chasis es de chapa estampada y cuenta con un motor de dos tiempos de 49 cc que le otorga un total de 2 CV a 5.800 vueltas. Está anclado directamente al chasis, no es basculante. Ligero (60 kg) y con un depósito de 3,3 litros, el uso de llantas de 16″ hace que sea una moto muy estable pero a la vez ágil. Los frenos son de tambor en ambas ruedas. Destaca la trasera, abrazada únicamente por un basculante monobrazo, bajo cuya cubierta va la transmisión.
Desde el primer momento, el Honda Wallaroo 50 es un éxito en Bélgica, aunque algo menos en España o Italia. Se llegan a ofrecer no menos de medio centenar de combinaciones de colores o diseños diferentes, convirtiéndolo en uno de los ciclomotores con más posibilidades de personalización. Esta es una de las bazas de este vehículo, y cada año Honda se afana en ofrecer nuevos diseños que vayan a la moda o tendencias del momento. Y todo ello en dos versiones, una normal económica y otra de lujo, que en este caso cuenta con arranque eléctrico, luces de carretera (largas), y dos espejos.
Desde su lanzamiento en 1990 hasta su cese de producción en 2003 (en España se deja de comercializar en el 2000), la producción pasó de Bélgica a la fábrica española de Montesa. El auge de los scooter hace que este modelo ya no tenga mucho sentido y deje de colorear las calles de las ciudades.
A destacar el primer modelo, el Honda Wallaroo Cricket & Co, diseñada en colaboración con la popular marca de ropa belga. La rueda trasera es amarilla, la delantera rosa y los paneles laterales son bicolor, más pegatinas y logotipos de la firma de ropa. Existe otra versión completamente rosa con ruedas moradas. En 1992 hay una versión Wallaroo Custom (en la foto sobre estas líneas), con colores que se transforman de un extremo a otro, muy al estilo de las CBR de la época. También están las Wallaroo Graffitti, con dos combinaciones de colores: negro con sillín verde y ruedas amarillas, o blanca con sillín morado y ruedas rosas.
Hoy en día es relativamente sencillo encontrar alguna Honda Wallaroo 50 a la venta, con precios de todo tipo. Es un modelo muy apreciado por los coleccionistas de mopped.
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Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS