La moda de las motocicletas con diseños “vintage” no es precisamente nueva, es una moda que viene de lejos y que siempre ha estado ahí. Y un ejemplo que podemos poner es la Honda XBR 500, una montura puesta en escena en 1985, que se desarrolló como respuesta a la Yamaha SR500, un modelo que había logrado captar a un gran número de usuarios.
No obstante, Honda no jugó con un diseño tan nostálgico como Yamaha, al menos en cuanto a estética, porque en cuanto a técnica, como bien decía en la revista Motociclismo, los japoneses recuperaban la esencia de la “vieja” moto británica, pero sin los característicos goteos de aceite de las motos inglesas.
La Honda XBR 500 se caracterizaba por ser una moto bastante sencilla, tanto en el apartado técnico como en el estético. La estructura de soporte era un chasis tipo simple cuna desdoblada, que se complementaba con una horquilla telescópica con barras de 35 milímetros y dos amortiguadores hidráulicos traseros. El freno delantero era un simple disco y además, no muy grande: 274 milímetros de diámetro; atrás, un tambor de 140 milímetros.
Colocado sobre ese chasis, un motor de un solo cilindro con 498 centímetros cúbicos, culata con cuatro válvulas radiales, árbol de levas en cabeza, una compresión no muy alta –8,9:1– y una potencia oficial de 44 CV a 7.000 revoluciones y 3,5 mkg a 3.000 revoluciones.
Pequeña –2.120 milímetros de longitud– y no precisamente ligera –182 kilos–, la Honda XBR 500 ofrecía un tacto mucho más moderno de lo que su ficha técnica dejaba entender. Según la prueba en la revista Motociclismo antes mencionada, a partir de 2.000 revoluciones ya había una buena respuesta por parte del motor y además, sin tirones ni molestias. A partir de 4.500 revoluciones el motor comenzaba a respirar con mayor soltura y se notaba un incremento en el empuje, al tiempo que subía de revoluciones bastante rápido para ser un monocilíndrico hasta las 7.800 revoluciones.
Todo ello sin las clásicas vibraciones de todo monocilíndrico, las cuales, habían sido eliminadas en gran parte gracias, entre otras cosas, a un eje de equilibrado y a unos soportes al chasis con silentblocks.
Es curioso ver las grandilocuencias que plasmaba el probador en su texto, alabando cada apartado de la motocicleta, como su aceleración hasta los 100 km/h desde parado en 7,4 segundos, o su chasis, que según palabras exactas “se halla por encima de lo conocido hasta ahora, especialmente las suspensiones” –dentro de su categoría, se entiende–.
La Honda XBR 500 era una moto con personalidad, a la vieja usanza pero sin dejar de lado la modernidad de los años 80. Era una motocicleta vintage, en respuesta a las modas y las tendencias, que no son de ahora como se puede apreciar.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.Hola, fue una moto incomprendida, y con poco éxito creo que por sus escasas prestaciones y al éxito de las trail monocilíndricas del momento. Su competencia eran la SRX 600 (sin arranque eléctrico) que se vendió más, y la Gilera Saturno, que pasó prácticamente desapercibida.