Moto del día: Italjet Kit Kat

Moto del día: Italjet Kit Kat

La moto que te permitía darte un respiro


Tiempo de lectura: 2 min.

Si hace unos días os hablábamos de la Italjet Pack 2 y Pack 3 (curiosas motos plegables), es justo hablar de su antecesora, la Italjet Kit Kat. Realmente se trataba del mismo concepto pero con unos cuantos años más: ser fácilmente transportable para que, una vez en el destino, te pudieras mover con total libertad, aunque solamente en espacios cerrados, ya que no era matriculable.

Quizás este fue su mayor problema, y de ahí que la siguiente generación sí se pudiese utilizar por carreteras públicas. Pero la Kit Kat llegó a finales de los 60 y, realmente, en aquella época los ciclomotores no en todos los sitios necesitaban placa para circular, e incluso, dependiendo el ambiente en el que te movieses, podrían hacer la vista gorda.

Su estructura era tubular de acero, con una parte superior plana bajo la cual se ubicaba el motor. Este era un monocilíndrico de 40×39 mm y dos tiempos, refrigerado por aire y que desarrollaba 2,2 CV a 5.500 vueltas. Alimentado por un carburador Dell-Orto SHA 14/12, se ponía nada menos que a 55 km/h. Como os podéis imaginar la transmisión era automática, de ahí el nombre del motor: GYROMAT.

Italjet Kit Kat

El depósito iba ubicado en la parte trasera. Su capacidad era de medio galón (1,9 litros), con gasolina y aceite en proporción 20:1. Con el tanque lleno era capaz de hacer 150 km, lo que equivale a un gasto irrisorio de 1,3 litros cada 100 km. El arranque era a patada y carecía de suspensiones, por lo que el confort se limitaba a unas ruedas de 5″ con neumáticos de gran balón (3.00-5).

Cuando queríamos plegarla el asiento se bajaba (era regulable en varias posiciones) y el soporte sobresalía por la parte inferior. El manillar, por su parte, se plegaba, y los puños quedaban abrazando al chasis. En esta posición cabía en casi cualquier sitio, pues sus dimensiones eran de 112 cm de largo, 48 cm de alto y 33 cm de ancho. En posición de marcha, cuando queríamos dejarla estacionada, llevaba un caballete anclado a la rueda trasera con un mecanismo muy similar al de las bicicletas antiguas.

En el momento de su comercialización se vendía por 315 dólares, unos 280 euros pero de hace 50 años, por lo que, como la Pack 2, no era un artículo barato. Hoy en día se pueden encontrar por algo más de 1.000 euros, dependiendo como siempre del estado, aunque es más que probable que su uso sea más de adorno que real. En la revista Popular Science de 1972 podéis leer una pequeña reseña sobre ella.

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Ender

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