Las siglas GPZ represen tan lo más deportivo de Kawasaki allá por los años 80. Todos conocemos las Kawasaki GPZ 600 R o la Kawasaki GPZ 900 R aunque sea “de oidas”,¿verdad? Pero seguro que la Kawasaki GPZ 305 no te suena tanto. Quizá te pueda sonar la Kawasaki GPZ 250 R, pero no la 305. Y si tenemos en cuenta lo que se dice en foros y en algunos medios, podemos entender el porqué.
Fabricada entre 1983 y 1996, la Kawasaki GPZ 305 era una teórica evolución de la Kawasaki Z 250 T, y decimos teórica porque, al parecer, el modelo era un desastre monumental. De primeras, el motor era aburrido y poco potente, daba problemas de árboles de levas – funcionaban sin cojinetes–, los tensores automáticos para la cadena de la distribución nunca funcionaron bien, la pintura negra del motor se desprendía, las ruedas se pelaban al primer inicio de mal tiempo…
De ser cierto todo esto, sorprendo que la producción durara tanto tiempo, ¿verdad? De todas formas, hay otras fuentes que afirman todo lo contrario, como, por ejemplo, que la Kawasaki GPZ 305 fue un modelo clave en la historia evolutiva de las motos “deportivas de nivel básico”, ya que fue la precursora de la Kawasaki EX 250 Ninja, vamos, de la Ninja 250R, aunque luego se mencionan problemas con el piñón de la bomba de aceite, que era de plástico y muy fácil de romper con todo lo que ello conlleva.
La cuestión era que la GPZ 305, aunque formara parte de la familia más deportiva de la marca, en realidad era una motocicleta bastante sencilla y básica. El chasis era de tipo tubular, pero sus barras eran muy delgadas, tanto como las barras de la horquilla convencional. Los frenos se componían de dos discos delanteros aparentemente pequeños, mordidas por pinzas de simple pistón y asistido por un tambor trasero de simple leva. No obstante, eso de los dos discos delanteros no fue siempre, durante los primeros años de comercialización solo montaba un solitario disco.
El motor es un bicilíndrico de 306 centímetros cúbicos –sí, 306, no es una errata– de cuatro tiempos con un solo árbol de levas en cabeza que actúa sobre dos válvulas por cilindro y refrigerado por aire, que rendía 35 CV a 10.000 revoluciones –también se dice que rondaba los 27 CV al mismo régimen– que se gestionaban mediante una caja de cambios de seis relaciones y que llegaban a la rueda trasera mediante una interesante correa dentada. Era muy ligera, solo 147 kilos. El motor no tenía árbol de equilibrado y en su lugar, iba anclado al chasis mediante silentblocks.
Una Kawasaki GPZ que no era, lo que se dice, deportiva, era más bien una moto de iniciación con la que también se llegó a correr, como bien relata la revista Cycle World, un medio que también asegura que la GPZ 305 no era tan mala como puede parecer y la tilda de extremadamente ágil y divertida de conducir, aunque critican que en autopista las suspensiones se quedaban claramente cortas en algunas situaciones.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS