La Kawasaki GPZ 400 R apareció en 1985, en Japón, para hacer frente a la alta demanda de modelos que tenía un segmento, el de las 400 deportivas, que estaba en plena ebullición. Era un verdadero calco de la Kawasaki GPZ 600 R, y si no fuera por los logotipos de su carrocería, costaría diferenciarlas.
En la década de los 80, en el país del sol naciente, el segmento de las deportivas con motor de 400 centímetros cúbicos tenía su mejor época. Era la era de las “motos réplica” y todos los fabricantes estaban presentes. Suzuki tenía la GSX-R400, Honda la CBR400F, Yamaha la FZ400R y hasta había modelos con motor dos tiempos, como la Suzuki RG400 Gamma y la Honda NS400R.
La GPZ 400 R era la respuesta de Kawasaki al aumento de popularidad del segmento y, además, también se convirtió en la primera 400 con motor refrigerado por líquido. Sin embargo, Kawasaki atacó, como suele ser costumbre, a su manera y, por ejemplo, su moto destacó en el apartado aerodinámico –con un Cx de 0,29–. El éxito fue inmediato, solo en su primer año a la venta se entregaron 18.200 unidades.
Era casi un reflejo de la GPZ 600 R. Mientras la 600 arrasaba fuera de Japón, la 400 hacía lo propio en su país natal. Había muchas en común entre una y otra, pero Kawasaki centró muchos esfuerzos en la pequeña, destinada, como hemos comentado ya, a su mercado local.
De entrada, aunque a simple vista sean la misma moto, el chasis era propio de la GPZ 400 R. Llamado AL-CROSS, era una estructura fabricada con aluminio, al tiempo que el motor tomaba como punto de partida el propulsor de la GPZ 900 R. Tenía cuatro cilindros con camisas húmedas, culata de cuatro válvulas por cilindro de desarrollo específico y 398 centímetros cúbicos. Lograba generar 59 CV y 35 Nm de par, podía alcanzar las 12.000 revoluciones y lanzar a la Kawasaki GPZ 400 R hasta los 205 km/h.
Curiosamente, en plena “era de las réplicas”, la Kawasaki GPZ 400 R, en realidad, no era réplica de ninguna motocicleta de carreras. Apenas se llegó a competir con ella y fue un modelo “no réplica” que tuvo un éxito inmediato y ganó a las “motos réplica” en ventas –que no en pista, obviamente–.
La producción del GPZ 400 R concluyó en 1989. Para entonces se habían realizado algunas mejoras en la culata, en el sistema eléctrico y en la suspensión. Según la prensa japonesa, la Kawasaki GPZ 400 R tuvo éxito no solo por su diseño o por sus prestaciones, que también, sino porque la marca supo lograr rendimiento y calidad en el segmento de las 400, con unas buenas aptitudes de motocicleta “de calle”.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS