Aunque no sea uno de sus modelos más conocidos, la 660 Rallye sí es uno de los más interesantes e icónicos de entre todos los producidos por KTM en sus tiempos recientes. No en vano, se trata de un modelo completamente adaptado a grandes travesías como el Dakar, siendo por tanto una verdadera pieza de colección entre quienes empezaron interesándose por las BMW GS y, tiempo después, fueron descubriendo más opciones en este sentido. Además, estas KTM han logrado destacar durante los últimos veinte años como una buena opción para exploradores. Todo ello gracias a su capacidad de seguir siendo manejables a pesar del peso representado por su enorme depósito de combustible.
Pero vayamos por partes. Para empezar, KTM no es una una marca tan joven como pudiera pensarse debido a la agresiva estética de sus creaciones. Lejos de ello, hunde sus raíces en 1934. Eso sí, se ha dedicado a actividades muy diversas, entre las cuales figura la venta de automóviles OPEL, la fabricación de bicicletas, la de herramientas e, incluso, un lucrativo negocio de radiadores. Con todo ello, lo cierto es que durante años fue difícil – por no decir imposible – adjudicar una determinada filosofía de marca a las motocicletas producidas por KTM.
Sin embargo, todo esto cambió radicalmente a comienzos del siglo XXI, apostando por una definición deportiva y agresiva para sus modelos. Además, tuvo el acierto de invertir no pocos esfuerzos en alzarse como una de las referencias indiscutibles en el campo de las Off-Road. De hecho, gracias a modelos como el 640 Adventure, logró abrirse más y más hueco en un campo tradicionalmente dominado por las BMW “ doble propósito “. Es más, las KTM han logrado catorce victorias consecutivas hasta el pasado 2015. Totalmente dominadoras.
Este planteamiento de moto comenzó con las BMW GS que ganaron varias veces el Dakar durante los años ochenta, dando el relevo a la primacía de las KTM durante el siglo XXI
KTM 660 Rallye, un símbolo del Dakar
Desde que echase a andar en 1978 el Dakar es una de las pruebas de resistencia más duras del mundo. Tanto así que conquistar la victoria en el mismo se ha convertido en un hito publicitario muy bien aprovechado por no pocas marcas. Es más, esto fue especialmente notorio durante los años ochenta y noventa, cuando desde Peugeot hasta Citroën pasando por BMW utilizaron sus éxitos en la carrera a modo de sacar pecho ante la competencia al tiempo que seducían compradores.
En este sentido, KTM se involucró muchísimo en el Dakar desde el momento en el que al fin tomó un rumbo claro en su forma de entender el negocio motociclista. Eso sí, esto le planteó no pocos retos tecnológicos. Para empezar estaba la fiabilidad. Y es que, en el Dakar los puntos de auxilio están muy distantes, evidenciando la dureza de unas etapas especialmente largas. Debido a esto, cualquier participante con un problema técnico puede tardar horas en ser auxiliado.
No obstante, el bloque con 660 centímetros cúbicos y 65 CV de la KTM 660 Rallye entrega una fiabilidad sobrada, sólo encontrando un problema: su prohibición desde el cambio de reglamento producido en el 2011, mediante el cual se limita el cubicaje de las máquinas del Dakar a los 450 centímetros cúbicos. Una de las novedades que acompañaron al desempeño de la carrera desde que, en 2008, aterrizase en Sudamérica y posteriormente Arabia Saudí debido a la imposibilidad de celebrarlo en África por problemas relacionados con el terrorismo y la seguridad de la prueba.
KTM es una marca con una historia empresarial compleja y variopinta, aunque finalmente ha conseguido encauzarse con una clara identidad corporativa gracias a modelos como éste
Siguiendo con los retos de diseño, uno de los puntos clave para la KTM 660 Rallye fue su excelente manejo incluso con el depósito de gasolina lleno. Y es que, dadas las circunstancia del Dakar, éste cuenta con una capacidad de 55 litros. Sin duda, un peso capaz de poner en apuros incluso al más equilibrista, aunque en el caso de esta motocicleta se camufla adecuadamente en el desempeño general de la misma. Algo que podrán experimentar aquellos aficionados que, ya teniéndola como una pieza de colección, sigan dando vida a las unidades de la 660 Rallye gracias a las pruebas de resistencia y largo viaje previstas tanto en América como en Europa.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS