Sería raro pensar que una fábrica que trabaja bajo los derechos de otra sobreviva a la casa matriz. Pero en el caso de Lambretta Locomociones fue así. De esta manera, la filial en Eibar de la casa italiana existió casi dos décadas más que ésta, cerrando en 1990 mientras la central lo hizo en 1972. Un camino nada fácil, ya que en los setenta se produjo una problemática asociación con Honda mientras que en los ochenta resultó del todo imposible llevar a serie una nueva gama diseñada para salvar a la empresa, en la que se contemplaban una scooter, un modelo de campo con tres ruedas y un motocarro. Todo salido de la creatividad del diseñador español Francisco Podadera.
No obstante, a pesar de todas las dificultades Lambretta Locomociones siguió fabricando sus populares modelos diseñados en Italia. Además lo hacía casi sin alteraciones en el aspecto, contribuyendo a que las Lambretta fueran adquiriendo una cierta pátina de clásicas aún tiempo antes de llegar a serlo por el simple paso del calendario. Así las cosas, a la genealogía de las Lambretta de Eíbar una vez cerrada la casa central se añade un serio problema a la hora de clasificarlas.
Y es que, dadas las dificultades económicas de la empresa los nuevos modelos se fabricaban utilizando gran cantidad de los repuestos almacenados en un justificable afán de ahorro. De esta manera muchos modelos salían de la fábrica con unas piezas u otras según la disponibilidad, siempre cumpliendo las reglas generales de cada diseño pero teniendo pequeñas variaciones que hace muy difícil decir “ sí, todas las unidades de esta scooter son exactamente iguales “. Por ello, bucear en las especificaciones de modelos como la Lambretta Serie 80 200 puede ser toda una aventura.
Tras el cierre de la casa matriz, Lambretta Locomociones S.A sobrevivió casi dos décadas más llegando a tener incluso acuerdos con Honda
Lambretta Serie 80 200, una de las últimas
Escribir la historia industrial de los últimos años en Lambretta Locomociones S.A sería plasmar todo un carrusel marcado por el afán de supervivencia. Desgraciadamente, finalmente tuvo que rendirse ante la evidencia y cerrar en 1990 tras casi dos décadas intentando seguir adelante a pesar del golpe recibido por la llegada masiva de modelos asiáticos en los ochenta. Una de las razones, quizás la más poderosa, de entre todas las que estuvieron detrás del cierre de la propia Lambretta italiana.
Fabricada casi hasta el propio cierre de la empresa, la Lambretta Serie 80 200 se basa en el chasis Li de tercera serie dando una distancia entre ejes con poco más de 1,3 metros y un peso de casi 110 kilos. Respecto al motor, esconde un dos tiempos de 200 centímetros cúbicos para llegar hasta los algo más de 100 kilómetros por hora con 9,5 kilómetros por hora.
La compleja situación económica de los ochenta obligaba a utilizar todos los sobrantes de repuesto posibles en la fabricación de nuevas motos
Con una “ radical economía de uso “ la Lambretta Serie 80 200 daba muestras de la sempiterna versatilidad de estas monturas. Perfectas para el desplazamiento en ciudad e incluso trayectos interurbanos por carreteras donde, si hay curvas, se puede disfrutar más alegremente de la marcha. Justo el uso para el que fue ideada, dando todo el encanto a los movimientos del día a día. En fin, por algo las Lambretta eran clásicas desde su nacimiento, conservando hasta el final de su producción en Eibar gran parte del encanto con el cual se idearon.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS