Cuando Malaguti decidió entrar en el segmento de motos de 125 cc, lo hizo creando con la Malaguti Runner 125 YLC; un modelo de enduro, tecnológicamente muy avanzado y con unas prestaciones de primera línea. En ello jugó un papel fundamental el motor Yamaha YLC. Y al año siguiente, con la llegada del nuevo propulsor YPVS de la casa japonesa, los transalpinos aprovecharon para mejorar aun más su recién estrenado modelo. Lanzaban así la Malaguti Runner 125 YPVS, la enduro más potente que se podía comprar en 1986.
Las siglas YPVS correspondían al acrónimo Yamaha Power Valve System. O lo que es lo mismo, la válvula electrónica de escape que años antes había patentando Yamaha, y con la que se había adelantado a la competencia. La vimos por ejemplo en la Yamaha RD/RZ 350. Fue la primera moto italiana de 125 cc en contar con esta tecnología, e hizo que se pusiera un paso por delante de la competencia. Ahora el motor se sentía lleno a bajas vueltas (válvula cerrada), y cuando se abría, mágicamente la moto estiraba mucho más allá de lo que podían soñar otras motos similares.
El motor era compartido con el de la Yamaha RD 125 LC YPVS, presentada unos años antes. Con las mismas dimensiones internas de 56×50 mm (123 cc), refrigeración líquida y admisión por láminas con tecnología YEIS que la Runner del año anterior, la potencia se disparaba hasta los 22 CV a 9.000 vueltas (casi 5 CV más potente). De esta forma, serías capaz de superar los 130 km/h sobre una moto con la misma aerodinámica que un ladrillo.
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El chasis o la parte de ciclo se mantuvieron sin cambios respecto a la Runner 125 YLC (que a su vez derivaba de los modelos de 49 cc). Chasis tubular, horquilla de 36 mm, monoamortiguador posterior, una combinación de freno de disco delantero de 230 mm (pinza de doble pistón) y tambor de 125 mm además de ruedas en medida 3×21″ delante y 4,60×17″ detrás. Con un depósito de 11,5 litros, el peso con todos los llenos era de 125 kg.
Además del motor, los cambios se centraron en la parte estética. La Malaguti Runner 125 YPVS es fácilmente reconocible por la nueva máscara portafaros frontal, en la que el faro queda completamente enrasada con ella. La instrumentación, que ya contaba con velocímetro, tacómetro, temperatura, nivel de combustible, testigos varios y odómetro, incluye ahora un cuentakilómetros parcial. El fondo de los relojes cambiaba.
Quizás el punto negativo de este modelo es que seguía sin ofrecer el arranque eléctrico, algo que sí tenía la competencia. La decisión de Malaguti vino condicionada por mantener los costes bajos, ahorrando en un elemento que le permitía un precio final muy similar al de la competencia (pero con mejores prestaciones). La Runner no fue el único modelo de los italianos que sufrió este “recorte”, siendo una solución que se extendió a otros modelos.
Antes de desaparecer, la Malaguti Runner 125 YPVS sirvió de base para otro modelo de apellido Rally, la Runner 125 Rally. Pero de ella hablaremos el próximo día.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS