Exclusividad, eso es lo que la Mondial Piega 1000 quería vender. Cuando fue presentada al mundo en 2003, no solo resucitaba un nombre histórico: llegó como la gran promesa de una marca resurgida de sus cenizas, incluida la gloria pasada, combinando una estructura elegante con un corazón de nueva factura que te haría olvidar las fallas mecánicas.
La gestación de este modelo nace de la idea de un joven y exitoso empresario italiano enloquecido por las motocicletas llamado Roberto Ziletti. Este se reunió con Pierluigi Boinini Boselli en 1999, el hijo del conde fundador de la marca, y llegaron a un acuerdo para volver a ocupar las portadas de los medios mediante la construcción de una magnífica moto moderna que mantendría el patrimonio de las motos de carretera derivadas de las de pista.
Ziletti reunió a un pequeño equipo de ingenieros y desarrolló un modelo orientado a los circuitos con las concesiones imprescindibles y necesarias para ser legal en las vías públicas. Se diseñó un chasis tubular de cromo-molibdeno, algo que permitió la creación de un conjunto más compacto y ligero. El bastidor posterior es de fibra de carbono, y el basculante combina las dos tecnologías (estructura de cromo-molibdeno salvaguardada por paneles de fibra de carbono).
A los nueve años de su fundación (1948), Mondial había conquistado no menos de 10 títulos mundiales: cinco campeonatos individuales y cinco de constructores
Para el resto de los órganos mecánicos, se hizo un uso abundante de aluminio de grado aeronáutico mecanizado por CNC (Control Numérico por Computadora). Dondequiera que el ojo descanse, hay partes bellamente diseñadas para hacer disfrutar a nuestra vista. La tarea de dar forma a la Piega 1000 recayó en los hombros de un joven diseñador local, Sandro Mor. El resultado final resulta tan agresivo como elegante, similar a la línea de las creaciones de Ducati.
Todas las piezas de la carrocería fueron fabricadas en fibra de carbono y pintadas en los colores de guerra de Mondial, gris y azul. Dentro de ella se esconden componentes de primera categoría, como una pareja de discos Brembo de 320 milímetros montados sobre una horquilla Paioli USD de 46 mm, o un disco de 220 mm con un amortiguador Öhlins en la zaga. Las llantas son de titanio, mientras que el escape de acero inoxidable queda firmado por Arrow. Sin embargo, lo mejor estaba entre las piernas.
Mondial, una empresa italiana con sede en Bolonia, fue muy activa en las carreras de las clases de 125 y 250 cm3 durante los grandes premios de la década de los 50, e incluso ayudó a Honda a entrar en la escena de la competición entregándoles una máquina que se utilizó para establecer el estándar para las Honda del futuro. Hoy, la firma japonesa está devolviéndoles el favor, después de que Suzuki se retirase del acuerdo para montar las unidades de la TL 1000.
Esta fue la primera vez que Honda permitió el uso de sus entrañas mecánicas en la moto de otra compañía. La Mondial Piega 1000 tiene el mismo corazón V-Twin de refrigeración líquida de 999 cm3 que encontrarías en una Honda VTR 1000 RC 51 SP2. Eso se traduce en 138 CV de potencia a 9.500 RPM y 110 Nm a 8.500 RPM, pero Mondial desarrolló un escape completamente nuevo, un sistema de inyección y una caja de aire para aumentar la potencia hasta los 140 CV.
La Mondial Piega 100 también es ligera, con 179 kilos de peso seco, y sobre el papel es perfecta para comparar con casi cualquier deportiva que se te ocurra. Aquellos que pudieron disfrutar de ella cuando apareció en el mercado a comienzos de siglo no la describieron con los tópicos del país de la bota. De hecho, tenían pocas quejas. Incluso en una pista húmeda, la aceleración de Piega, la suave respuesta del acelerador y su preciso manejo, pero estable, destacaban para bien.
Aunque no ha sido demostrado, se dice que la velocidad máxima de la Mondial Piega 1000 se acercaba a los 270 km/h
La calidad de construcción era, aparentemente, excelente. Diseño y chasis italiano, pero con la fiabilidad de un motor japonés. Estaba destinada a ser genial. Desafortunadamente, las finanzas resultaron ser un problema, y después de que solo se construyesen 35 unidades, la fábrica se declaró en bancarrota. Los acuerdos se resolvieron y entró un tercero, que finalmente produjo, aproximadamente, otras 120 más (las cuentas difieren en el número exacto).
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.Como la Foggy del otro día toda una rareza y además combinaba lo mejor de dos mundos, ciclo italiano con motor japones, perfecto, pero por desgracia y pese a las ganas al final los números mandan y por mucho empeño o corazón tristemente el resultado suele ser parecido o similar en lo ya visto en las citadas V-Due, Foggy, etc…