Moto del día: Mondial Supermono 560

Moto del día: Mondial Supermono 560

Un corazón austriaco vestido con fina costura italiana para traer de vuelta a la icónica marca


Tiempo de lectura: 4 min.

Mucho ha llovido ya desde que el conde Boselli decidiera fundar en 1929 la marca que consiguió ganar cinco campeonatos del mundo de velocidad en las categorías de 125 cc, y de 250 cc, entre 1949 y 1957, F.B Mondial, para después pasar más de tres décadas sin pena ni gloria por diferentes motivos y casi sin actividad.

Es el hijo de Boselli, Pierluigi, quien decide a comienzos de los 90 volver por los fueros de la marca a un nuevo concepto dentro de la competición, las Supermono, y con la que hoy es nuestra protagonista, la Mondial Supermono 560. A finales de 1990, cuando tras probar con un nuevo prototipo en diferentes carreras y comprobar el potencial que podía tener aquella monocilíndrica de 553 cc, es cuando la marca decide ponerse manos a la obra y crear una pequeña serie de esta exótica montura.

La Mondial Supermono 560 representaba la vuelta a la competición de la icónica marca italiana, tres décadas después de conseguir cinco mundiales de velocidad en las categorías de 125 y 250 cc, un total de 10 mundiales

Recurriendo a Diego Golinelli para la creación de un chasis doble viga de aluminio, los Boselli optan definitivamente por el mencionado propulsor de la marca austriaca KTM, con cuatro válvulas, refrigeración líquida y unas cotas internas de 95×78 mm. La Mondial Supermono 560 era capaz de alcanzar una velocidad punta de 221 km/h y además gozaba de una gran agilidad, gracias entre otras cosas a una distancia entre ejes de tan solo 1.260 mm, medidas muy cercanas a una 125 cc de gran premio coetánea.

Mondial Supermono 560 2

Fotografía: Registro Internazionale Mondial

Por otro lado hay que sumarle una parte ciclo de primer nivel, donde los Boselli no escatimaron en nada, y donde se podía optar por diferentes variantes de acabado y componentes con precios que oscilaban entre los 1,2 y los 1,8 millones pesetas de aquel 1991. En su versión Top, la nueva deportiva de la marca italiana contaba, entre otros, con suspensiones traídas directamente de una Paton GP 500, que consistían en una horquilla invertida GCB en su tren delantero y un amortiguador trasero firmado por Paioli con accionamiento y regulación por bieletas.

Con el propulsor austriaco como alma en esta monocilíndrica italiana, la Mondial Supermono era capaz de generar 60 CV de potencia sin apenas modificaciones mecánicas, aprovechando al máximo las bondades de este

También la frenada era de primer nivel, como buena cuenta de ello daban sendos discos de 280 mm y pinzas de cuatro pistones suministrados por Brembo, al igual que el trasero y una pinza de dos pistones en este caso. Pero volviendo al propulsor y alma de esta Mondial, el monocilíndrico austriaco fue revisado a fondo donde, entre otras cosas, se sustituyó el carburador de origen por un Dell ´Orto de 42 mm, así como se repasó la culata y se incorporó un sistema de escape acorde con las exigencias en la nueva motocicleta italiana.

El resultado final eran unos nada desdeñables 60 CV a 8.500 RPM, que la hacían una moto competitiva dentro de la categoría, pero que sin embargo pecaba de difícil pilotaje, entre otras cosas por la cantidad de vibraciones que transmitía el propulsor al resto del conjunto y que en palabras del propio Alan Cathcart: “Es algo tremendo, vibran hasta los dientes y resulta duro hasta para los que estamos acostumbrados en las motos clásicas”.

Mondial Supermono 560 3

Fotografía: Registro Internazionale Mondial

Así que nos podemos hacer una idea de lo que era aquella compacta y liviana motocicleta de apenas 140 kilogramos de peso, pero que a diferencia de, por ejemplo, la TGA-6 de Roberto Gallina, esta carecía de eje de equilibrado, con lo que ello conllevaba. A su favor contaba con una gran estabilidad y aplomo, tanto trazando como saliendo de cualquier curva, gracias entre otras cosas a un reparto de pesos 51/49, que ayudaba a controlar las inercias dentro de la trazada.

La realidad es que al final poco fue el rédito que se le pudo sacar a la Mondial Supermono 560, entre otros aspectos porque la competencia era feroz y venía equipada hasta los dientes, como la Ducati Supermono, o la otra italiana diseñada por Federico Martini, la Gilera Saturno Bialbero “Piuma”, motos que pasaron a la historia como referencia en aquellos campeonatos de SoS y Formula Supermono.

En la actualidad ,y al igual que cualquiera de aquellas icónicas máquinas que lucharon a lo largo de los 90 por ser la mejor monocilíndrica de carreras de la historia, son meros objetos de coleccionistas y amantes de las dos ruedas, por lo que sus precios cuando alguien decide deshacerse de alguna de ellas son simplemente astronómicos y al alcance de muy pocos.

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J. Rubio

Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.

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