La Montesa Enduro 125H está considerada por muchos como una Cappra 125 matriculable. Y razones hay para ello, ya que comparten muchas cosas, aunque sería injusto tomarlo al dedillo, la Enduro 125H no era, simplemente, una Montesa Cappra 125 matriculable, en el fondo, la personalidad era diferente y los objetivos, como cabría esperar, también.
En España, aunque entre los años 60 y 70 teníamos las fronteras cerradas casi a cal y canto, se podía disfrutar de un mercado motociclista nacional de lo más interesante, sobre todo desde marcas como Montesa, que entre 1968 y 1979, tuvo una de sus épocas más prolíficas y puso en circulación más de 65 modelos diferentes; incluso eran conocidos en todo el mundo gracias a la exportación, que le otorgaban a la compañía pingües beneficios.
Todo se fue al traste con la crisis que estalló casi a mediados de los 70 y con la muerte de Francisco Franco en 1975, que dejó a España en un estado político complejo y poco beneficioso que afectó, y no para bien, a diferentes segmentos y empresas. No obstante, aunque con un futuro un tanto turbio, Montesa seguía sin dejar de lado lo que mejor sabían hacer: motocicletas, y si son todoterreno, mejor todavía.
Con el panorama patas arriba, la firma catalana puso en circulación una motocicleta que los aficionados y amantes del off road pedían desde hacía tiempo. En aquellos años, la Montesa Enduro 125L era la única opción que tenían algunos para poder disfrutar de la moto “de campo”, y si bien, hacían un papel más que correcto, se quedaba muy justa cuando se buscaban prestaciones de verdadera todoterreno. Al menos es lo que dice la prensa de la época y los aficionados, que al final son la mejor voz que puede haber para conocer las características de un modelo.

Así, con la Montesa Cappra 125 VB como punto de partida, lanzan en 1977 la Montesa Enduro 125H, una montura más radical en el apartado off road, casi una moto de cross, pero legal para circular por vías públicas. Es por eso que se la considera una Cappra 125 matriculable, porque se desarrolló con la moto de cross como punto de partida. Básicamente, era una Cappra light, por así decirlo, aunque con personalidad propia.
La revista Solo Moto, en el número 109 –publicado en 1977–, decía de la Enduro 125H que “viene a llenar una importante laguna y por sus particularidades se convierte en una mot, además de extraordinariamente divertida, perfecta para un aprendizaje o escuela de ‘Gran Premio’”. Con estas declaraciones queda claro que la Enduro 125H tenía un carácter deportivo muy marcado, y no es para menos cuando el motor era el mismo que el usado por Cappra, pero con los cambios necesarios para poder homologarse como motocicleta “de calle”.
Así, el motor era un monocilíndrico de 123,7 centímetros cúbicos –cotas cuadradas de 54 milímetros para diámetro y carrera– refrigerado por aire, con un volante magnético y sistema eléctrico para cumplir con la reglamentación –volante electrónico y un sistema eléctrico necesario para luces e indicadores–, junto a un silenciador más eficaz, aunque según la mencionada revista, algo ruidoso para usar en vías urbanas. Podemos destacar otras palabras de la mencionada prueba: “con sus seis marchas se pueden hacer maravillas, pero hay que saber ponerlas y dosificar el gas, por eso decía antes que es una buena escuela de pilotaje, porque exige atención y un poco de sensibilidad”.
Se fabricaron muy pocas Montesa Enduro 125H, según la fuente, entre 800 y 900 unidades, algunas de ellas destinadas a exportación.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS