Moto del día: Moto Morini 500 Camel

Moto del día: Moto Morini 500 Camel

La hermana mayor de la Kanguro 350 que tuvo menos éxito


Tiempo de lectura: 3 min.

Al mismo tiempo que Moto Morini desarrollaba su exitosa Moto Morini Kanguro 350, la firma italiana tenía en el catálogo otra trail de superior cilindrada, para aquellos que querían algo más. Se trataba de la Moto Morini 500 Camel, un modelo que estuvo a la venta entre 1981 y 1984 pero que, a pesar de sus virtudes, pasó completamente desapercibida debido al tirón de las trail monocilíndricas japonesas de medio litro, que por aquel entonces ya empezaban a copar el mercado.

El punto de partida para la Moto Morini 500 Camel, al igual que en la Kanguro, fue el motor del modelo K2 de carretera, el propulsor de la 500 Special, aunque con una puesta a punto de la distribución menos agresiva. De esta forma, el bicilíndrico en V a 72º refrigerado por aire, SOHC y de dos válvulas, entregaba algo menos de potencia pero ganaba contundencias en medios. Con unas cotas internas de 69×64,2 mm (con lo que realmente cubicaba 478 cc), y una compresión de 11,2:1, el conjunto se alimentaba por dos carburadores Dell’Orto VHBH 26BS.

Declaraba una potencia máxima de 39 CV a 7.400 vueltas, lo que la situaba ligeramente por encima de sus rivales japonesas, pero sin que el peso total se disparase, ya que se quedaba en 137 kg (seco). Encendido electrónico, arranque a patada y caja de cambios de seis velocidades con transmisión final por cadena. La 500 Camel estaba a la altura de la competencia.

Moto Morini 500 Camel en Dakar

Montaba una horquilla hidráulica delantera, además de un conjunto de dos amortiguadores traseros. Para los frenos, se confiaba en un sistema de tambor, tanto delante como detrás, de 140 mm de diámetro y que en carretera se antojaban bastante justos. Sobre todo teniendo en cuenta que la Kanguro ya contaba con disco delantero.

En ninguna de las dos evoluciones que sufrió, se le añadió una mejora en los frenos delanteros. Por otro lado y como era habitual, contaba con una llanta delantera de 21″ y otra trasera de 18″, además de un depósito de combustible de 15 litros.

La Moto Morini 500 Camel tuvo también su hueco en competición desde sus inicios, pero no consiguió cosechar éxitos notables. Hay que tener en cuenta que el desarrollo del modelo, antes de lanzarla al mercado, se realizó en una prueba tan dura como la Transafrica 80, durante más de 6.000 km a través del continente africano.

Posteriormente se le pudo ver en los Seis Días Internacionales de Elba, y también en el Rally de los Faraones o en el París Dakar; en estos dos, de la mano de Valentini de Prato, Leandro Carretero y Gianni Gagliotti. Para ambas carreras, y sobre todo el Dakar, la Moto Morini 500 Camel se modificó a fondo. Llama rápidamente la atención la configuración de los amortiguadores traseros, colocados casi en vertical.

Para profundizar sobre ella, os invitamos a leer este precioso artículo de Parisdakar.it, donde hablan de todos los detalles y de cómo la marca Zanussi se involucró en el desarrollo de un sistema de encendido electromecánico. En España es prácticamente imposible encontrar a la venta alguna Moto Morini 500 Camel, aunque su posterior evolución, la Moto Morini 501 XE Camel, sí se puede encontrar aunque no sin dificultad.

Comparador de seguros de coche
COMPARTE
Sobre mí

Ender

Japan Rules!!

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Alejandro Delgado