Desde Harley-Davidson hasta Norton pasando por la barcelonesa Sanglas la historia del motociclismo cuenta con una relación muy especial para con las fuerzas del orden. Eso sí, conseguir contratos públicos no siempre es fácil y, no nos engañemos, contar con las relaciones adecuadas facilita la consecución de los mismos en grado sumo.
Así las cosas, quizá uno de los mejores ejemplos sea el de N. Shilton. Empleado en primer lugar por Triumph, éste logró hacer de la marca la mayor proveedora de motocicletas para la policía británica durante la década de los sesenta. No obstante, los problemas financieros de la histórica casa desembocaron en su fichaje por Norton hacia 1967 coincidiendo con la salida al mercado de la Commando con motor bicilíndrico de 750 cc.
Una montura excepcional de cara a servir en los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, combinando una clara fiabilidad con versatilidad y buenas dosis de potencia. De hecho, el propio Shilton ofreció a la policía británica una versión especial de la misma llamada Interpol. Dotada con un reconocible carenado así como maletas -entre otras cosas para albergar la radio-, ésta hizo que la administración pública saltara en sus encargos de Triumph a Norton sin problema alguno.
Eso sí, cuando al poco tiempo Shilton volvió a cambiar de empresa logró repetir la jugada; esta vez haciendo que BMW fuera la beneficiada por los contratos públicos. En suma, una historia capaz de hablar a las claras sobre la importancia de ciertos comerciales en determinadas circunstancias.
Asimismo, ya durante los años ochenta la policía británica volvió a confiar en Norton -esta vez sin mediar el tal Shilton- gracias a la Interpol 2. Todo un alarde de optimismo pues, no en vano, aquí estamos hablando de una motocicleta prácticamente experimental gracias a la incorporación de un motor rotativo; raramente aplicado no sólo al ámbito de las dos ruedas sino también al de las cuatro debido a sus problemas de lubricación y emisiones.
De todos modos Norton tuvo un interés -tardío todo hay que decirlo, puesto que esto hubiera tenido más contexto durante los años sesenta- por este tipo de mecánica, la cual no en vano proporcionaba 58 CV con una cilindrada inferior a los 600 cc en su doble rotor. Todo ello refrigerado por aire aunque, antes de finalizar su producción -destinada únicamente a los cuerpos de seguridad- la Interpol 2 tuvo una pequeña serie de unidades con refrigeración por agua.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS