Una de las grandes virtudes de la OSSA Phantom fue su constante puesta al día gracias a la competición. De esta manera, cada una de sus cuatro generaciones se benefició del trabajo realizado tanto en pruebas como en carreras por parte de los pilotos del equipo oficial. De hecho, esto incluye incluso a la primera, a la presentada en 1974 bajo el código AS74. No en vano, su diseño se demoró casi tres años, siendo el último de ellos una temporada definida por la puesta de largo de los prototipos en diversas citas del calendario español y europeo. Es más, antes de aparecer en el Salón de Barcelona la Phantom ya había sido vista en eventos como las Seis Horas TT de Lluçanes.

Tras todo aquello, ya con esta nueva montura de Motocross en los concesionarios, OSSA contrató para su escuadra ni más ni menos que a John Banks. Vigente campeón de 500 en el Reino Unido para hacer así dupla con Domingo Gris, quien se había hecho con el primer puesto en los nacionales de Motocross tanto en 1970 como en 1972. Beneficiados por la excelente maniobrabilidad de la OSSA Phantom – lograda en gran medida gracias a su peso más que escueto con un bastidor en cromo-molibdeno – estos pilotos se lanzaron a competir en diferentes pruebas europeas.

Sin embargo, OSSA no escondía su ambición por llegar a la categoría de 250 en el Mundial de Motocross. Eso sí, de cara a hacerlo con más garantías debía acabar de perfilar algunos detalles en el desarrollo de la Phantom. Por ello, de cara a 1975 presentó la primera evolución del modelo bajo el nombre de OSSA Phantom 250 AS75. Una versión en la que, al contrario de lo ocurrido en la AS74, sólo estaba disponible la cilindrada de cuarto de litro. No obstante, las Phantom 125 y 175 AS74 siguieron vendiéndose, siendo especialmente bien recibidas por el público aficionado al cual le quedaba lejos el poder manejar de forma efectiva todo el potencial dado por la 250. Sin duda, una verdadera máquina de competición.

Tras el éxito de la versión de 1974, especialmente en el ámbito comercial, OSSA presentó esta versión con la intención de ser competitiva en el Mundial de 250

OSSA Phantom 250 AS75, directa al Mundial

Obviamente, cuando comparamos las unidades de calle con las usadas por los equipos oficiales siempre hay diferencias. En este sentido, durante la temporada de 1974 la escuadra de OSSA no usó motocicletas a las que se pudiera definir como AS74. Lejos de ello, la gran cantidad de nuevos ajustes ya las hacía ser lo que, en puridad, sería al año siguiente en los concesionarios la Phantom 250 AS75. De esta manera, lo primero que se hizo fue intervenir en las suspensiones. Un tema, por cierto, en el que Bultaco justamente estaba plenamente metida durante aquel tiempo, ensayando con la recién adquirida patente del sistema Dual Link.

En el caso de OSSA, ésta colaboró estrechamente con Betor a fin de sustituir el aceite del sistema hidráulico por gas. Gracias a ello, los amortiguadores traseros permitieron una mejor absorción de las irregularidades manifestadas por el terreno, ampliando además su recorrido al tiempo que posibilitaban una fácil adaptación de los reglajes según la situación. Por cierto, todo esto exigió retoques en la geometría trasera del cuadro, ganando de paso más capacidades en el apartado de la estabilidad.

Respecto a la mecánica, el monocilíndrico con 244 centímetros cúbicos recibió una larga serie de mejoras, alterándose elementos como el cigüeñal, el selector del cambio o la biela. Con todo ello la potencia quedó en 35 CV a 7.000 revoluciones por minuto, alimentándose con un carburador Bing de 36 milímetros. En lo referido al peso, en las unidades de serie la OSSA Phantom 250 AS75 quedaba en 89,5 kilos. Sin duda, haciendo gala de la ligereza ya mostrada en la generación anterior.

Tras contar con John Banks en 1974, OSSA formó dos duplas de cara a 1975. Una con dos pilotos extranjeros para el Mundial, y otra con dos nacionales para las pruebas del calendario español

Así las cosas, la casa barcelonesa al fin se sintió con la seguridad de acudir a las pruebas del Mundial, presentándose con el belga Claude Jobé y el sueco Hakan Carlquist – quien había estado con OSSA de forma semioficial durante la temporada anterior – dejando para las citas españolas a Domingo Gris y Fernando Muñoz. No obstante, todo aquello no rindió los resultados esperados. Y es que, no en vano, en España las Pursang resultaban un tanto más prestacional mientras que, refiriéndonos a fabricantes extranjeros, especialmente los japoneses – sin olvidar a KTM – estaban interpretando una escalada tecnológica realmente apabullante. Sin duda, un clima hostil donde, a pesar de todo, la OSSA Phantom 250 AS75 destacó para quedar aún en la memoria de la afición.