Llegados los setenta, el motocross no sólo se había popularizado en los Estados Unidos desde tiempo atrás, sino que también había ganado una gran cantidad de adeptos en Europa. Especialmente en Francia, pero también en zonas de España como Cataluña. De esta manera, se abrió todo un nuevo mercado para las motocicletas enfocadas a esta especialidad. Dominada en los primeros años de la década por la cilindrada del cuarto de litro, para la cual Ossa ya había diseñado diversas monturas. No obstante, poco a poco empezó a surgir una nueva posibilidad de negocio en el segmento del cross. Aquella que veía un nicho de mercado con excelente proyección entre los compradores interesados en una motocicleta de este tipo pero con menos cilindrada. Más ligera. En ese sentido, uno de los mejores ejemplos es el aportado por la Ossa Phantom Enduro 125.
Llegados a este punto, lo mejor es reflexionar sobre la lectura comercial realizada por Eduard Giró ante el lanzamiento de su nuevo modelo con 125 cm3. Para empezar, desde el punto de vista de la competición, hacia 1975 se deja entrever un significativo avance de las pruebas de motocross destinadas al segmento del cuarto de litro. De esta manera resultó obvia la oportunidad de ventas dada en 125 cm3, pero también en 75 cm3. No obstante, más allá de este uso específico en carreras, el propio aumento de aficionados a rodar por el monte daba buenas perspectivas a la Ossa Phantom Enduro 125. Al fin y al cabo, siempre es más sencillo iniciarse en cross con una montura ligera que con otra más ruda y exigente en fuerza física para su dominio.
Juntando estos dos factores, el estudio de mercado daba luz verde a la aparición de nuestra protagonista. Siempre con el objetivo de romper el dominio de los motores Sachs en estas cilindradas menores. Así las cosas, el diseño comenzó con el chasis. Tomado de la primera Phantom, sólo se cambió el basculante para lograr una mayor resistencia. Respecto al material, se escogió el acero rematado en cromo molibdeno con forma de doble cuna. Una opción con la cual se tuvo en cuenta la ligereza, dejando el conjunto en unos comedidos 88 kilos en vacío.
A mediados de los setenta la escena del motocross estaba dominada por los motores de medio litro. Sin embargo, poco a poco apareció una escena en la que se demandaban monturas más ligeras y manejables, naciendo así la Ossa Phantom Enduro 125 como una variante del modelo de medio litro
Ossa Phantom Enduro 125, un éxito en los Estados Unidos
Respecto al motor, la Ossa Phantom Enduro 125 montó un monocilíndrico refrigerado por aire con una cilindrada de 123 cm3 y una potencia de 21 CV a 8.500 rpm. El encendido era electrónico y la alimentación quedaba en manos de un carburador Amal de 29 milímetros. La caja de cambios contó con cinco relaciones y, siguiendo opiniones de coleccionistas y probadores en diferentes foros y publicaciones, parecía caracterizarse por una gran suavidad y eficiencia en su manejo.
Otra pista que nos presenta a esta montura como un modelo perfecto en la época para iniciarse en la práctica del todo terreno. En lo visual, el elemento más llamativo resulta el imponente tubo de escape situado en el lateral derecho. Típico de las enduro, va sujeto al cilindro con unos muelles y al chasis por unos silentblocks, contando con una rejilla que tiene como fin proteger del calor propio de esta pieza.
Por cierto que llevaba ya instalado todo lo relativo a mitigar el ruido, teniendo unos niveles sonoros más bajos de lo esperado en una montura así. Siguiendo con el comportamiento de la Ossa Phantom Enduro 125, éste se diseñó para ser muy noble incluso en los terrenos más embarrados. Gracias a esto, el éxito comercial del modelo fue inmediato.
Su éxito comercial en los Estados Unidos posibilitó crear una variante para aquel mercado, pensada justamente para travesías por los recurrentes desiertos cercanos a California. Una de las zonas del mundo con mayor afición al motocross
De hecho, en los Estados Unidos llegó a ser de tal calibre que se vio posible la aparición de una variante sólo pensada para aquel mercado. La Phantom Dessert. Concebida para largas travesías y competiciones por las zonas más áridas de oeste de los Estados Unidos, como por ejemplo el desierto de Mojave donde se encuentra la ciudad de Las Vegas. Además, la Ossa Phantom Enduro 125 ganó el campeonato francés de motocross. La confirmación del buen instinto comercial de Eduard Giró.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS