Moto del día: Puch 250 SGS Jarno Saarinen Ice Racing

Moto del día: Puch 250 SGS Jarno Saarinen Ice Racing

Adaptada a las competiciones sobre hielo, fue la montura con la que el finlandés se inició en sus victorias motociclistas


Tiempo de lectura: 4 min.

Si hay una marca unida a la carrera de Jarno Saarinen ésa es Yamaha. Sin embargo, los primeros pasos del finlandés en el mundo del motociclismo se hicieron sobre monturas Puch, gracias a las cuales se inició con tan sólo 12 años para, a los pocos años, llegar a ser el campeón de Finlandia en la especialidad de Ice Racing. Una historia en la que bien vale adentrarse paso a paso. Así las cosas, lo primero en lo que hemos de reparar es cómo el entorno puede condicionar la formación del piloto. Y es que, no en vano, el joven Saarinen creció junto a los bosques finlandeses. Esos mismos que, durante no pocos meses al año, permanecen nevados e incluso helados.

Un contexto geográfico especialmente exigente en materia de pilotaje, donde cada error con el acelerador, el freno o el volante pueden ser fatales en términos de derrapaje. De hecho, sobreponerse a estas dificultades ha sido determinante en la formación de algunos de los mejores pilotos de rallyes del mundo, obligados a ser extremadamente precisos por su practicar sobre el hielo. Llegados a este punto, no puede sorprender que en los países nórdicos las competiciones sobre hielo o nieve sean tan comunes y populares como las carreras del desierto en la Baja California.

Es más, gracias a ellas pilotos como Jarno Saarinen pudieron dominar a la perfección la técnica del derrapaje al tiempo que se curtían en un estilo de manejo extremadamente físico. Como las Flat Track, pero con muchos menos grados. Una semejanza mediante la cual comprendemos porqué los vigorosos Kenny Roberts y Jarno Saarinen salieron de las Flat Track y las Ice Racing respectivamente. Lejanos en su forma de iniciarse al motociclismo, aunque al mismo tiempo protagonistas de un estilo especialmente musculoso a la hora de pilotar. Algo que también afecta a la máquina, puesto que carreras como éstas sólo pueden abordarse sobre monturas estables y capaces de entregar potencia desde bajas vueltas. No en vano, sobre superficies resbaladizas la tracción es primordial.

Saarinen fue uno de los grandes mitos del Mundial durante los años setenta, habiendo conquistado el título de cuarto de litro en 1972 para, desgraciadamente, morir al año siguiente en el Circuito de Monza

Puch 250 SGS Jarno Saarinen, rumbo a la victoria

Para los seguidores del mundo automotriz enfocados a ir fuera del asfalto, Puch es toda una institución. Y no es para menos. Al fin y al cabo, sus sistemas de tracción total han estado presentes incluso en vehículos militares, conformando además una amplia saga de motocicletas camperas en lo referido al mundo de las dos ruedas. No obstante, yendo atrás en su historia hay algo que sorprende. Nos referimos a la aparición de la Puch 250 SGS en la parrilla de salida de no pocas carreras disputadas sobre hielo o barro.

No en vano, ésta fue una motocicleta de carretera. Aunque, a decir verdad, para finales de los años cincuenta aún no estaban muy definidas las motocicletas de campo. De hecho, como bien sabemos por la historia de Montesa, éstas venían a ser derivadas de los diseños de asfalto a las que se incorporaban elementos adecuados para las sendas plagadas de obstáculos. Así las cosas, muchos pilotos del norte de Europa adaptaron la Puch 250 SGS para sus propósitos más helados.

Algo que no puede parecernos tan extraño tras examinar su motor. Ni más ni menos que un monocilíndrico de dos tiempos con casi un cuarto de litro de cilindrada para entregar 16,6 CV a 5.800 revoluciones por minuto. Todo normal para la época; hasta que nos fijamos en su diseño Twingle. El término con el cual la ingeniería inglesa denomina a los motores con dos pistones unidos a un mismo cigüeñal compartiendo la misma cámara de combustión, manejándose por lumbreras en vez de válvulas.

puch 250 (2)

El motor de esta Puch cuenta con un diseño de lo más original, dando potencia desde bajas vueltas para ser así una opción muy interesante en términos de tracción

¿Resultado? Un desenvolverse robusto y especialmente apto para las situaciones sobre hielo, gracias a sus 22,7 Nm a 3.300 revoluciones por minuto. Una cualidad que Jarno Saarinen supo aprovechar de maravilla para proclamarse campeón de Finlandia de Ice Racing 250 en 1964 a lomos de una Puch 250 SGS adaptada. Un hito logrado tan sólo dos años después de haber empezado a competir con modelos Puch de cilindradas inferiores, siendo el prólogo a la fantástica carrera sobre asfalto que iniciase al año siguiente, montado por primera vez en una de las míticas Yamaha que lo llevarían, victoria tras victoria, hasta su muerte en el Circuito de Monza en 1973. Una de las mayores desgracias del Mundial, falleciendo en el mismo accidente múltiple donde también perdió la vida Renzo Pasolini.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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