Durante el día de ayer y de hoy se está celebrando la 11ª edición del “Born-FREE”, una reunión donde moteros y fabricantes de custom, choppers y clásicas se dan cita para admirar sus creaciones. Todos los años la organización invita a unos cuantos talleres destacados para que presenten una creación original, y en 2015 esta fue la del taller de Roland Sands Design: la RDTZ 2-stroke attack.
Como decíamos, este fin de semana se celebra el “Born-FREE” en el rancho Oak Canyon de 7 hectáreas, situado junto al lago Irvine en California. Decenas de miles de personas se dan cita para admirar creaciones custom novedosas, así como clásicas atemporales de Harley-Davidson, Indian o Triumph, entre otras. En cada edición los organizadores invitan a unos pocos talleres a presentar una nueva creación, lo cual es un honor si te ganas la vida haciendo motos custom. Esto te garantiza mucha visibilidad en el festival y en prensa especializada.
La organización decidió invitar en 2015 al taller Roland Sands Design, en Los Alamitos, California, que realiza motos custom, aunque también vende piezas o ropa y accesorios para moto. Su dueño y fundador es Roland Sands, fue piloto de carreras de motos durante 10 años, siendo campeón en 1998 de la categoría 250GP de la Asociación Americana de Motociclismo. Tras diversas caídas y 32 huesos rotos, decidió abandonar la competición y dedicarse a las motos, pero en otra faceta. Desde 2005 tiene su taller donde diseña y construye motos propias, ganando diferentes premios durante este tiempo.
La inscripción en kanji es el nombre de la moto, 2-stroke attack, o ataque dos tiempos
A los que os guste el petardeo y el olor a aceite quemado de las dos tiempos, esta moto os va a encantar. Su nombre RDTZ proviene de las partes que la componen. El motor proviene de una Yamaha RD400 de 1974, mientras el chasis está prestado de una Yamaha TZ250 GP, una moto de carreras a la que Roland tenía acceso, proveniente del almacén del equipo Roberts Grand Prix y de su propio almacén, pues era la moto con la que él competía.
El motor es un bicilíndrico en línea de dos tiempos refrigerado por aire con 399 cm3, que rendía 45 CV a 7.000 rpm y disponía de 41,1 Nm de par a 6.500 rpm. Va montado de manera transversal y ya por aquellas fechas disponía de encendido electrónico mediante condensador o CDI, lo que también garantizaba un consumo contenido. Ed Erlenbacher fue el ingeniero encargado de poner este motor a punto, gracias a su amplia experiencia con motos de dos tiempos.
El único detalle superfluo es la cinta de cuero con hebilla dorada que recorre su depósito de adelante hacia atrás, rememorando esas viejas glorias de antaño
Aparte del chasis, la caja de cambios con embrague en seco a la vista y algunas otras piezas provienen de motos de competición, aunque lo que más llama la atención son sus ruedas de magnesio firmadas por Performance Machine, ya que provienen de la Yamaha TZ250 GP con la que Sands ganó el campeonato 250GP de 1998.
Qué decir de su diseño. Aúna simplicidad, belleza y ese toque retro que mira al pasado de las motos de carreras, con su cúpula frontal y el chasis reducido a la mínima expresión para no aumentar su peso de manera innecesaria. Su instrumentación solo muestra las revoluciones, para qué mas: no queda espacio para los alardes, solo para el rendimiento.
Su parte ciclo es de primer nivel, con doble horquilla delantera y monoamortiguador regulable trasero, todo ello firmado por Öhlins, junto a dos discos perforados y pinzas de dos pistones delante y disco simple perforado con pinza monopistón detrás. Las gomas son Dunlop de competición, unidas a las llantas de magnesio de su ex-moto de carreras. El escape es doble y hecho a mano para la RDTZ, quedando a la vista sus soldaduras, transmitiendo simplicidad y honestidad. Una moto de valor incalculable de la que solo se fabricó una unidad y que reposa en el garaje de Roland Sands.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.COMENTARIOS