Todas las motocicletas diseñadas y fabricadas a medida son especiales, pero la marca estonia Renard está un nivel por encima con la creación de esta roadster. Su carrocería de fibra de carbono combina con una estética muy oscura de diseño retrofuturista donde el motor de dos cilindros en V se hace con el centro de atención.
La marca, actualmente, tiene su origen en 2008, cuando un grupo de empresarios, diseñadores e ingenieros del mundo de las carreras de Estonia se unió para revivir una marca perdida en el olvido tras ser bombardeada la fábrica en marzo de 1944 durante la Segunda Guerra Mundial. La visión de la compañía es la de restaurar los valores de la que antes gozaba la marca: personalidad, diseño y alta calidad de construcción.
En 2010, presentaron en la feria tecnológica de Hanover, Alemania, el primer prototipo de lo que debería de ser una Renard, la Grand Tourer. El impulsor de la idea, Andreas Uibomae, hizo un gran trabajo, pues cumple con todos los principios impuestos anteriormente. Es única, su diseño es espectacular y la calidad de su construcción es digna de emplear los mejores componentes existentes en el mercado.
El monocasco de fibra de carbono de la Renard GT tan solo pesa 9 kilogramos y está reforzado con Kevlar, haciéndolo muy ligero para su manejo y extremadamente resistente en caso de impacto. Gracias a la disposición longitudinal del motor V2, el chasis es más rígido que un marco de tubos de acero consiguiendo así una dirección increíblemente precisa. Además, el monocasco integra el bastidor, el depósito de gasolina y la caja de cambios en una única estructura portante.
Para continuar manteniendo el peso a raya, la Grand Tourer cuenta también con numerosos componentes fabricados en aluminio ligero diseñados y moldeados en 3D que, posteriormente, son fresados en un único bloque sólido mediante máquinas CNC (mecanizadas mediante control numérico computerizado). Estas piezas, además de proporcionar mayor ligereza y rigidez, dan un toque único a la moto.
El sistema de escape está hecho a medida con los silenciadores ocultos bajo el motor para mantener la estética lo más limpia posible
El corazón de esta motocicleta no es de desarrollo propio, sino que viene directamente de una Moto Guzzi Griso. Este V-Twin a 90º colocado en posición longitudinal -seña de identidad de Moto Guzzi- cubica 1.326 cm3 y es capaz de desarrollar 123 CV a 7.100 RPM, con un par de 134 Nm a 5.600 RPM. Es un propulsor refrigerado por aire lo suficientemente potente como para empujar los 170 kg de masa desde cualquier rango de vueltas hasta los 250 km/h de velocidad máxima.
La suspensión de la Renard GT es ajustable en tres niveles para adaptarse a las distintas condiciones, tanto de estilo de conducción como de firme del asfalto. La horquilla delantera tipo Girder se combina con un amortiguador Öhlins y, en el eje trasero, con una pareja de amortiguadores TTX36. Las ruedas, de 17 pulgadas, también están hechas de fibra de carbono.
Una moto con una estructura rígida, un bajo centro de gravedad y un motor potente que hacen que el conductor controle una máquina de precisión digna de un bisturí de cirujano. Aunque claro, todo ello implica que el conjunto no sea ni rápido de fabricar ni barato de adquirir. Si quieres hacerte con una, deberás de esperar de 4 a 5 meses tras un previo desembolso de unos 50.000 euros.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS