Por todos es sabido la adoración que tienen los japoneses por los pequeños ciclomotores, y la moto de hoy es un buen ejemplo de ello. Se trata de la Suzuki Choinori, y se puso a la venta en 2003 y terminó en 2004, una época complicada en Japón por la deflación galopante, con los precios de los productos en caída libre.

Si algo tienen en común los ingenieros japoneses es que no se rinden fácilmente. Era el inicio del siglo XXI y en aquella época Suzuki estaba comenzando a mover su producción de motocicletas fuera de Japón, pues debía encontrar lugares con mano de obra más barata que lograse bajar los costes finales del producto. Pero los directivos se empeñaron en mantener la producción de algunas motocicletas en su país, por eso del marketing y del orgullo patrio. Así que les pusieron una condición a los ingenieros: el coste del nuevo ciclomotor no debía superar los 1.000 yenes por centímetro cúbico de cilindrada, unos 8,37 euros de hoy en día.

Los ingenieros lo tenían complicado con los salarios de Japón. Hasta ese momento habían seguido la máxima de simplificar piezas para ahorrar costes, pero en un ciclomotor, donde el número de piezas es mínimo, estaba complicado. Siguiendo la máxima de la Fórmula 1, eliminaron todas las piezas no esenciales, y las principales actuaban de soporte para el resto. Esto, junto a nuevas técnicas en la fabricación de cilindros sin camisa, llevaron a Suzuki a reducir el peso de su motor en un 40 %, con su consiguiente reducción de coste. Sus plásticos tampoco se pintaban, pues el mismo color del plástico determinaba el color final, reduciendo así aún más los costes.

El nombre “Choinori” significa “paseo corto”, en contraposición de “Tohnori”, que sería “paseo largo”

Pasando a la parte técnica de la Suzuki Choinori, equipaba un motor de 49 cm³ de cuatro tiempos refrigerado por aire, que rendía 2 CV de potencia a 5.500 rpm y 2,9 Nm de par a 3.500 rpm. No es mucho para lo que los japoneses están acostumbrados en los ciclomotores de 50 cm³, pero suficiente para desplazarse con sus 39 kg en vacío hasta los 40 km/h. Como reza su nombre, ideal para paseos cortos.

A que los paseos fuesen cortos también ayudaba que no tuviese suspensión trasera, algo que ahorraba peso, pero no la hacía muy confortable. Equipaba frenos de tambor en ambos ejes y se podía elegir en su versión normal, con arranque eléctrico, con cesta frontal o con arranque eléctrico y cesta frontal. A nivel estético, los colores a disposición del cliente eran el beige, negro, azul hielo, naranja, blanco y amarillo.

Su precio partía de los 59.800 yenes -unos 500 euros de hoy en día-, lo que era 40.000 yenes más barato que modelos similares de la competencia. La moto más equipada llegaba a los 75.800 yenes -634 euros de hoy-, lo que la convertiría en una moto ciertamente popular, pero no en una superventas. En 2004 llegó la Suzuki Choinori SS, que era el mismo modelo, salvo sin el plástico frontal y con nuevos colores disponibles. Un ciclomotor muy cuqui y muy barato, made in Japan.