La Suzuki SV 650 apareció a finales de los años 90 como si fuera una especie de mini Suzuki TL 1000. Y en el fondo, así era, o eso al menos se entendió por aquel entonces, pues todo en la moto, o casi, indicaba que, efectivamente, se estaba frente a una pequeña TL con motor de 650 centímetros cúbicos. No obstante, ese no era su único atractivo, pues como argumento de mucho peso, Suzuki pedía 950.000 pesetas por la SV 650 Naked. Era un precio muy interesante.
A finales de los 90, las deportivas empezaban a ganar más auge que nunca, con lanzamientos como la Yamaha R1, que lo puso todo patas arriba. Sin embargo, aunque las deportivas acabarían por dominar las ventas, todavía quedaba un hueco para motos lógicas y coherentes, motos como la Suzuki SV 650, cuyo planteamiento, precio y funcionamiento general, la convirtió en un éxito de ventas. Cuando una moto ofrece argumentos de peso, al final, los usuarios responden.
Con la SV 650, en Suzuki no se la jugaron, aunque tampoco dejaron las cosas al azar. De primeras, el chasis, fabricado con aluminio, era de tipo tubular con una placa que servía de soporte para el basculante y el subchasis trasero, así como para ofrecer un anclaje adicional motor, que se colocaba como en las TL 1000 S, sujeto por la parte superior. Las suspensiones eran bastante básicas, algo muy habitual en las motos japonesas de aquellos años y eso provocaba que se montara una horquilla convencional con barras de 41 milímetros, así un basculante de tubo rectangular sin refuerzos junto a un amortiguador trasero regulable.

Había detalles interesantes, como un depósito que podía bascular para permitir un mejor acceso a la caja del filtro, un asa posterior para el acompañante de buen tamaño y unos frenos formados por tres discos –dos delante y uno detrás– con pinzas de dos pistones en todos los casos.
De diseño sencillo, pero muy equilibrado y compacto, lo mejor de la Suzuki SV 650 N era su motor que, según decía la marca en su momento, se había desarrollado sobre la tecnología empleada con el TL 1000. Se podría decir que era un TL 1000 pero más pequeño. Tenía dos cilindros en V, alimentación por carburadores Mikuni, culatas multiválvulas, 645 centímetros cúbicos y, siempre según datos oficiales, rendía 70 CV a 9.000 revoluciones y 6,3 mkg a 7.400 revoluciones. El cambio tenía seis relaciones, las ruedas tenían llantas de 17 pulgadas y la moto pesaba 160 kilos.
La prensa destacó el carácter del motor, las buenas prestaciones y la facilidad de conducción, aunque se criticó, como se solía hacer casi siempre, la sencillez de las suspensiones.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS