“Tenemos una buena oportunidad de ser una alternativa creíble a Harley-Davidson”. Así de optimista se mostraba Simon Warburton, director de producto de Triumph, cuando se presentó la Triumph Thunderbird LT. Y motivos tenía para ser tan optimista, pues la Thunderbird LT, a simple vista, era una cruiser imponente, con todos los atributos necesarios para triunfar –nunca mejor dicho– en un segmento tan particular como el custom/cruiser.
De hecho, en la marca todos estaban entusiasmados, hasta el director ejecutivo de la división norteamericana, quien afirmaba que Triumph había vuelto y que la marca estaba volviendo a las raíces, a los años 50, 60 y 70, cuando los británicos tuvieron sus mejores épocas.
Estéticamente, la Thunderbird LT; como hemos comentado antes, lo tenía todo para ser, realmente, una alternativa a Harley-Davidson: un enorme depósito con forma de lágrima, cromados, guardabarros envolventes, maletas de cuero, una buena pantalla frontal, auténtico estilo “low & long”… el apelativo LT era por Ligh Touring y tenía el punto de mira colocado sobre la Road King Classic de Harley. De hecho, tenía un parecido indiscutible, con un asiento muy mullido, un manillar abierto y bajo, así como enormes plataformas para colocar los pies.
Sin embargo, Triumph hizo las cosas a su manera, obviamente, y aunque se recurrió a un motor de dos cilindros, como marcan las pautas del segmento –y es mejor no salirse de ellas–, no estaban colocados en V, sino en paralelo. Era la única cruiser del segmento con motor de dos cilindros en línea, y era bastante potente. Alcanzaba los 1.699 centímetros cúbicos, de los cuales, se extraía 93 CV a 5.400 revoluciones y 111 libras-pie de par a 3.400 revoluciones. ¿No sabes que es eso de “libras-pie”?, pues equivalen a unos 150 Nm. Era el mismo motor de versiones como la Storm o la Commander –la primera de estilo muy cercano al segmento bobber, la segunda, claramente más clásica–.
Una de las curiosidades de este motor, es que tenía el cigüeñal calado a 270 grados y emitía unas pulsaciones como las de un V2. Aun así, la entrega de potencia y el funcionamiento general fueron tildados por la prensa como suaves y refinados, aunque parece ser que los ingenieros tuvieron que añadir 10 kilos al cigüeñal para tener más inercia y lograr esa finura general.
La Triumph Thunderbird LT era un modelo destinado, principalmente, al mercado norteamericano, donde la prensa no tuvo reparos en exigir el poderío del motor en paralelo, o destalles como el asiento, que incluía tres densidades diferentes de espuma y un innovador respaldo integrado en la sección trasera del propio asiento –un desarrollo, por cierto, de la firma española Shad–.
Triumph, con ese objetivo –Estados Unidos–, realizó una serie de cambios para que se adaptara a los gustos yankees. Cosas como las suspensiones, de tarado y funcionamiento suave, fueron clave para que la moto fuera bien aceptaba en un segmento muy tradicional, al menos en lo que a motos de producción se refiere.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS