Moto del día: Victory Judge

Moto del día: Victory Judge

En homenaje a un muscle car mítico: el Pontiac GTO


Tiempo de lectura: 5 min.

Si corre gasolina por tus venas, seguro que conoces el Pontiac GTO The Judge, una versión especial de la familia de deportivos, o más bien muscle cars, de la marca americana, caracterizada por sus prestaciones y por el color rojo anaranjado de su carrocería. Color que también lleva la moto que rellena estas líneas y que fue fabricada por la marca Victory, actualmente desaparecida, pero que fue reemplazada por la legendaria marca Indian pensando en su intrínseco tirón comercial.

Este ejercicio de diseño que intentaba potenciar la estética de muscle bike rememorando a uno de los coches más llamativos de la categoría muscle car de finales de los 60, recurría principalmente a la utilización del mismo tono de color naranja de este coche pero en acabado satinado, para pintar el depósito, los guardabarros y las tapas laterales ubicadas bajo el asiento. Para el resto de elementos se recurrió a un negro mate o satinado para aligerar visualmente toda la moto, efecto que se vio potenciado por el mismo faro delantero que con el mismo acabado que el bastidor y el motor, dotaba a la moto de una estética muy semejante a la de la compacta Harley Davisdon Sportster. El guiño al coche clásico americano no solo quedó en lo comentado, sino que se sumaron unos guardabarros recortados y unas llantas negras de 5 brazos y detalles brillantes calzadas con neumáticos de perfil alto con anagramas en blanco que hacían rememorar las mismas ruedas que equipaban los muscle car.

El chasis de la moto era el mismo que compartía con sus hermanas y se componía de una doble cuna inferior desmontable combinada con una doble viga superior. El tren delantero contaba con una horquilla convencional de 43 mm de diámetro de barras y 130 mm de recorrido libre de tarado más bien rígido, mientras que en el tren trasero se utilizaba un monoamortiguador regulable en precarga de 75 mm de carrera trabajando a través de un sistema progresivo de bieletas sobre el basculante realizado en aluminio. Las ruedas de aleación de 16 ” montaban discos de 300 mm de diámetro en ambos ejes, pero mientras en el delantero se le instaló una pinza de 4 pistones, en el trasero optaron por una pinza de sólo dos pistones.

Su motor también estaba compartido con el resto de motos del catálogo de Victory, contando con un V Twin a 50º de 1.731 cc refrigerado por aire y con 4 válvulas por cilindro equipadas con taqués hidráulicos accionados por un solo árbol de levas en cabeza. Alimentado por inyección electrónica, la potencia obtenida era de unos 97 CV a 5.500 rpm y su par máximo llegaba hasta los 150 Nm a 2.700 rpm, más que suficiente para llevar sus 300 kg de peso hasta los 185 km/h. Puede no parecer mucho, pero parece ser que en las dos últimas marchas de su caja de cambios de 6 relaciones, el motor estaba limitado en su giro, quedándose en cada una de ellas por debajo de las 5.500 rpm. Su consumo iba acorde a su peso y a su cilindrada, llegando a consumir de media unos 6,5 litros para conseguir más de 250 km de autonomía de su depósito de 17 litros.

Victory Judge (1)

La posición del conductor, con la espalda recta ligeramente inclinada sobre el depósito y con una posición de las estriberas ligeramente adelantada, describía a grandes rasgos las pretensiones de esta moto y el carácter que los diseñadores quisieron dotar al bastidor de este producto americano. Desde un asiento dotado de un pequeño apoyo lumbar, el piloto podía realizar una conducción menos sedentaria y contemplativa que con una custom y más activa y deportiva para tomar cualquier sucesión de curvas, sirviéndose del instantáneo par motor de su V Twin.

La información del funcionamiento de la moto provenía de un sólo reloj velocímetro ubicado sobre el manillar. En este se aglutinaban todos los indicadores luminosos encargados de avisar del chequeo del motor y ABS (opcional), luz larga, punto muerto, intermitentes, entrada de la reserva y control de crucero (si lo equipaba) que se complementaban con una pantalla digital que mostraba el régimen de giro del motor, la marcha engranada, el cuentakilómetros, la hora y diferentes mensajes de aviso sobre el motor.

A diferencia de los muscle car que demostraban cierta dificultad para tomar las curvas, la Judge gozaba de una notable agilidad potenciada principalmente por unos neumáticos no muy anchos para su categoría (130/90-16″ delante y 140/90-16″ detrás) y de una rueda delantera con un diámetro que facilitaba en gran medida los cambios rápidos de apoyo. El suave y férreo funcionamiento del propulsor presente en todo el rango de revoluciones era capaz de satisfacer las necesidades en carretera abierta como en ciudad de cualquier tipo de piloto, el cual tenía que tener en cuenta los límites marcados tanto por las estriberas como por las inercias creadas por el peso de la moto.

Para hacerte con una unidad de la Victory Judge, tanto en color rojo anaranjado, como rojo o incluso negro, en 2013 tenías que desembolsar unos 15.000 €, un precio bastante contenido si lo comparamos con los 20.000 € de la Harley-Davidson V-Rod o los 19.000 € de la Harley-Davidson Nightrod Special.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

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