Voxan fue una marca que duró pocos años en el mercado. Actualmente es una marca durmiente dentro del grupo Venturi -desde 2010-, pero en la década pasada era independiente. La Voxan Charade Racing fue su propuesta retro derivada de la Black Magic, un diseño del diseñador de origen serbio Sacha Lakic. Fue presentada en el Palacio de Versalles en 2005.
El nombre le viene del circuito de Charade, sito cerca de Clermont-Ferrand (Francia), de donde también es originaria la firma Michelin. El sexagenario circuito tiene un trazado de más de 8 kilómetros, actualmente se mantiene con una versión recortada por motivos de seguridad, pero llegó a albergar el GP de Francia de Fórmula 1 entre los años 60 y 70.
En las versiones preserie las piezas que vemos en rojo eran azules
La Charade se diferencia de la Black Magic, de la que tomaba el chasis, por sus silenciadores de carreras Remus, la amortiguación BOS con horquilla delantera invertida de 43 mm -totalmente ajustable- de Marzocchi, frenos de disco Beringer (doble disco de 320 mm con cuatro pistones delante, de 245 mm y dos pistones detrás) con pinzas radiales Brembo, neumáticos Michelin Pilot Power y las llantas Marchesini de 17 pulgadas.
Esta monoplaza hacía gala de un carenado con pantalla de fibra de vidrio, quilla inferior y spoiler inspirados en las motos setenteras en Francia, una oda a tiempos pretéritos. El depósito de gasolina de 21 litros era de aluminio pulido, otro aspecto de calidad entre sus componentes. El piloto quedaba a una altura de 810 mm hasta el suelo.
Mención aparte se merece el motor, un V2 a 72 grados de 996 centímetros cúbicos de refrigeración líquida, cuatro tiempos, ocho válvulas y una inyección multipunto mejorada. Este propulsor erogaba 100 CV de potencia a 9.000 vueltas para la caja de cambios de seis velocidades. Uno de sus secretos eran las válvulas de mariposa de 54 mm de diámetro, para mejorar la respiración de los cilindros. En seco hablamos de un peso de 179 kilos.
Era un instrumento de libertad para dar rienda suelta al gas en carreteras de montaña sin el intervencionismo electrónico de las motos modernas. La describieron como una moto dinámica que enlazaba las curvas sin esfuerzo, con masas muy bien equilibradas y una delicia para conducir. Eso sí, la instrumentación no era tan buena, pues el tacómetro era muy poco preciso. Podía superar los 220 km/h.
La Voxan Charade Racing no era una moto precisamente económica, su PVP estaba por encima de los 20.000 euros en España (18.990 en Francia). Para quienes no podían realizar ese desembolso “a tocateja”, hubo promociones como pagarla a 96 euros al mes (en enero de 2007) sin necesidad de aportar entrada y sin penalizaciones por cancelación.
Pero a Voxan no le fueron muy bien las cosas ni en España ni en Europa. En 2007 la empresa salió a bolsa y en 2009 fue liquidada por un tribunal mercantil de Clermont-Ferrand al no poder hacer frente a sus obligaciones. En consecuencia, 2010 fue el último año en que se pudo comprar una Charade Racing nueva. Como se vendieron muy pocas unidades, puede que se sean muy cotizadas en el futuro.
Ahora mismo Voxan no tiene ni página web, aunque entre 2013 y 2015 hubo la esperanza de continuar su actividad con motos eléctricas. Voxan sigue actualmente en el limbo de la historia del motociclismo.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes), las motos siempre me han inspirado mucho respeto, y sin saber cómo, ya me han enganchado.Ains las Voxan, como me gustaban, en especial la café racer, hace un par de años ví una unidad en naranja con sus escapes Remus y aquello era música celestial, personales como pocas, pero por desgracia la historia de estas pequeñas marcas casi siempre termina igual.