Cuando empezó el auge de elevar la cilindrada de las motos de cilindradas medias, para crear motos con motores mas llenos en todo el rango de uso, con un carácter menos puntiagudo y explosivo del motor y cumpliendo además con las normativas anticontaminación de una manera más eficiente, los de Iwata se vieron en la tesitura de tener que jubilar un modelo que les había proporcionado innumerables alegrías en forma de ventas, un modelo del que os hemos hablado largo y tendido, la Yamaha FZ6 y su versión semicarenada, la Yamaha FZ6 Fazer.
Para presentar el nuevo modelo que nos ocupa hoy, la Yamaha FZ8 N o Fazer 8 N en versión naked, y la Yamaha FZ8 S o Fazer 8, mismo modelo en su versión semicarenada, los de Yamaha hicieron un proceso inverso al que la mayoría de fabricantes hicieron, que era tomar el motor que tenían desarrollado de sus motos de 600 cc y aumentar la cilindrada hasta los 750-800 cc.
Ellos sin embargo, cogieron el motor de la FZ1 de 1.000 cc, que además se encontraba derivado de la deportiva, YZF-R1 del año 2006, y le redujeron la cilindrada para adecuarla al carácter de lo que se esperaba en la nueva moto. Con todo esto consiguieron una moto que si bien tenía algo más de bajos y medios que la FZ6, no llegaba a tener el carácter de motor tan lleno de algunas de sus principales competidoras, por que recordemos que su motor viene de una moto con un ADN prácticamente de competición (R1).
Este nuevo propulsor ayudaba, eso sí, a no tener que estar tan pendiente del cambio para ir en el régimen óptimo del motor, algo que le ocurre bastante a la FZ6 si quieres llevarla alegre, pero aún así seguía siendo un motor que le gusta ir arriba y dar allí lo mejor de sí. Es algo que a mí personalmente no me desagrada, pero que no fue recibido con la gran acogida que tuvo el modelo anterior u otros modelos de otros fabricantes, y fue uno de los hechos por lo que en su “sucesora”, la MT-09, se utilizase un motor tricilíndrico algo mejor enfocado para este segmento.
El propulsor resultante es un cuatro cilindros en línea, con refrigeración líquida, doble árbol de levas DOHC y cuatro válvulas por cilindro. Cubica 779 cc gracias a un diámetro/carrera de 68×53,6 mm de sus cilindros. Se encuentra alimentado por inyección electrónica de doble mariposa, la primera accionada por el acelerador y la segunda mediante control electrónico, posee un AirBox de gran capacidad de 7,9 litros, y del mismo parten los conductos de admisión de diferentes longitudes, siendo el del cilindro 1 y 4 de 125 mm y los del cilindro 2 y 3 de 150 mm.
Con toda esta configuración se consigue dulcificar la respuesta del motor con una curva sin baches apreciables, siendo capaz de entregar 106 CV a 10.000 RPM y un par de 82 Nm a 8.000 RPM. El motor se asocia a una caja de cambios de seis relaciones de buen tacto, con embrague húmedo de escaso recorrido y con transmisión final mediante cadena.
El chasis es, como siempre denominan en la firma, de tipo diamante, pero no deja de ser un doble viga fabricado en fundición de aluminio y a él se une un basculante de doble brazo también fabricado en aluminio que incorpora un refuerzo superior, al igual que el de la FZ1. Las dimensiones se pueden equiparar más con el de una 1000 que con el de una 600, ya que tiene un largo de 2141 mm, un ancho de 770 mm y una distancia entre ejes de 1460 mm con una altura del asiento de 815 mm.
El peso es de 211 kg con todos los llenos para la versión desnuda y de 216 para la versión semicarenada
En las suspensiones se produjeron cambios según el año de fabricación, la horquilla delantera de los primeros años de venta (2010-2012) son invertidas, con barras de 43 mm sin posibilidad de regulación y un tarado confortable para viajar tranquilo pero algo blando si nuestra conducción es deportiva, pero a partir de mediados del año 2012 -se considera modelo 2013- se incorpora la posibilidad de regular la horquilla en compresión extensión y rebote, lo que hace que mejore drásticamente en conducción sport –también se incorpora un nuevo silenciador más bonito-
El monoamortiguador trasero incorpora bieletas, lo que le aporta progresividad y una respuesta menos seca que cuando se ancla de manera directa, y es el mismo para todos los años de venta del modelo, siendo únicamente regulable en precarga de muelle.
Los frenos cuentan con las archiconocidas pinzas delanteras monobloque, que se montan en muchos modelo de Yamaha con un estupendo mordiente. Constan de cuatro pistones y en este caso vienen ancladas de forma axial, para accionar dos discos delanteros de 310 mm. Atrás, como es habitual el equipo es más discreto, con una pinza de dos pistones que pisan un generoso disco de 267 mm.
El equipo resultante es eficaz y dosificable, con un tacto correcto de la maneta, con la que puedes graduar perfectamente la frenada, y además podía equipar ABS de manera opcional. Las llantas en ambos trenes son de 17 pulgadas, con un neumático delantero de 120/70 y un trasero de 180/55.
Dinámicamente, es una moto que podemos englobar dentro del segmento sport turismo, ya que nos permite viajar cómodamente por postura de conducción -sobre todo en la versión semicarenada, que nos desvía mucho mejor el viento del torso y la cabeza- y divertirnos con ella si queremos retorcerle la oreja, ya que tiene un chasis estupendo, bastante rígido y una parte ciclo eficaz, sobre todo si contamos con unidades posteriores al año 2012 que cuentan con la horquilla regulable.
Además, es una moto que no se siente pequeña y podremos rodar a gusto con dos ocupantes sobre ella -el pasajero va en un segundo piso, pero el asiento es generoso y la postura no es muy radical-, sin ser tampoco un elefante a la hora de meterla en curvas. Digamos que en el punto medio radica su virtud.
En cuanto a fiabilidad, tiene sus luces y sus sombras, pues si bien el motor no es nada problemático, numerosas unidades han dado problemas con el volante magnético, un problema que viene arrastrado de las R1 y FZ1, que hace que los imanes del mismo se desprendan, y que en el mejor de los casos haya que sustituirlo.
No es un fallo generalizado de todas las unidades, por lo que Yamaha no ha hizo campaña para cambiarlos, pero una buena muestra de estos modelos lo han sufrido, por lo que si piensas hacerte con una de segunda mano es un buen punto a revisar, pues es un recambio costoso.
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Jesús Guillermo Pozo
Nací entre las historias de mi abuelo sobre su Derbi 125 Especial y el terrorífico sonido del escape 4 en 1 de la GPX 600 de mi tío y la belleza de su Vmax 1200. Mi padre, fue mi primer profesor con su viejo SEAT 127, y mi madre, cuenta que aprendí las marcas de los coches antes que el alfabeto.COMENTARIOS