Desde finales de los años cincuenta Yamaha asentó su identidad mecánica .al menos en lo referente a sus modelos más prestacionales- en un esquema realmente personal: dos tiempos, dos cilindros en línea. Algo que parecía contradecir a muchos de los fabricantes deportivos del momento, más propicios a los monocilíndricos con cuatro tiempos tan comunes en casas, por ejemplo, italianas. Asimismo, aquel nadar a contracorriente no sólo dio a la marca nipona una personalidad muy especial, sino que también le trajo resultados.
Resultados tanto en las pistas como en las carreteras; territorios donde las Yamaha con dos tiempos y cuarto de litro fueron haciéndose huecos cada vez más evidentes a golpe de velocidad. De hecho, si hay una saga a la cual es fácil seguir la pista en la trayectoria de esta marca es precisamente ésta a la cual estamos haciendo referencia. Todo ello a partir de la YD-1 de 1957; la primera “dos y medio” claramente orientada al público japonés.
Ahora, ¿hasta qué punto llegó aquella manera de hacer las cosas? Bueno, pues si ir más lejos en el avanzado año de 1980 se lanzó la Yamaha RZ250. Capaz de desarrollar hasta 35CV -140 CV por litro para entendernos mejor si es que nos queremos entender en parámetros automovilísticos-, esta motocicleta plenamente deportiva contaba con refrigeración líquida y un par de 29 Nm a 8.000 revoluciones por minuto.
Asimismo, su estética recordaba a las TZ250 de las pistas, rematando el conjunto con unas llantas de aleación ligera. En fin, una excelente hoja de presentación con la que, contra todo pronóstico, la RZ250 conseguía recuperar el gusto por las motocicletas de dos tiempos en un momento responsable de postergarlas a los últimos escalafones del mercado.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS