Moto del día: Yamaha SR250 Special

Detalles de estilo custom la diferenciaban del resto de versiones


Tiempo de lectura: 2 min.

La Yamaha SR 250 Special es, posiblemente, una de las motocicletas más famosas y populares de España, no en balde, fue, junto con la GS500 de Suzuki, la primera moto de decenas de miles de moteros. Sirva de ejemplo que, durante 14 años fue la moto más vendida de nuestro país.

Seamos sinceros, a todos nos gustan los aparatos “gordos”, con motores grandes, potencias elevadas y diseños llamativos, pero por lo general, lo más lógico y lo que se suele hacer, es recurrir a vehículos menos pretenciosos y más accesibles. Por eso, en ocasiones, modelos como la Yamaha SR 250 Special se convierten en mitos, porque su popularidad, por haber sido la primera montura de miles de amantes de la moto y por su enorme repercusión en el mercado.

Es, por poner un ejemplo en otro sector, como el SEAT 600, en realidad era un coche barato y nada excepcional, pero sin embargo, es un mito en España por lo que significó. Algo parecido ocurre con la Yamaha SR250 Special, no es nada excepcional, pero es una de las motocicletas más queridas.

Lo más curioso es que la Yamaha SR250 Special apenas se diferencia de la SR250 “a secas”; pues era básicamente una Yamaha SR250 con ligeros cambios aquí y allá para darle una nueva personalidad. Por ejemplo, los guardabarros –los dos– estaban cromados, el asiento tenía nuevas formas muy del estilo custom/cruiser y el manillar era lo más parecido a un cuelgamonos en pequeño tamaño. Además, la llanta trasera era de 16 pulgadas y solo se podía escoger en color negro o un granate oscuro. Luego llegaron más decoraciones con el paso del tiempo.

El resto era idéntico al resto de versiones. Es decir, el chasis, motor, frenos, suspensiones… todo era compartido. Así, el corazón de la SR250 Special era un monocilíndrico de 249 centímetros cúbicos refrigerado por aire y con culata de dos válvulas por cilindro, que rendía 21 CV a 8.000 revoluciones y 20 Nm a 6.500 revoluciones. Era ligera, 127 kilos, y extremadamente sencilla de conducir, aunque sus frenos de tambor no permitían muchas alegrías. Con el tiempo pasó montar un disco delantero, pero las primeras ediciones tenían tambores en las dos ruedas.

Como cabe esperar, las salidas a carretera con la Yamaha SR250 Special eran algo justas, básicamente, porque el motor no daba para mucho, su lugar de preferencia era la ciudad, donde se sentía como pez en el agua. En la revista Motociclismo número 750, Dennis Noyes afirmaba que en ciudad, la Yamaha SR250 Special podía competir con una Vespa 200, aunque claro, con una desventaja económico a la hora de comprar cada una de ellas a favor de la italiana.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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