La Yamaha Ténéré 700 de Holy Moly es un claro ejemplo de como la necesidad despierta el ingenio de manera formidable. Por sí, eso que ves en las imágenes es una Ténéré 700 y no una enduro de los años 90. Se trata de un trabajo de esos que dejan con la boca abierta, al lograr una transformación espectacular y, además, para bien.
Francisco Menezes es un portugués que un buen día, mientras disfrutaba de su Yamaha T7, sufrió una caída que mandó al garete gran parte de componentes de su montura. Una situación que les ha pasado a muchos y que pone en una situación que no siempre es agradable, porque los precios de los elementos originales son, por lo general, cada día más caros. Sin embargo, Francisco tiene un taller, Holy Moly, situado en pleno centro de Lisboa, donde lleva más de una década trabajando sobre motos.
Esta Yamaha Ténéré llegó al taller para ser vendida –también tiene servicio de venta de motos– y estaba casi nueva. El caso es que se quedó la moto para usarla como “moto de taller”, para acabar haciendo casi de todo con ella, desde usarla como moto de diario hasta rutas todoterreno o viajes por carretera. Es más, Francisco acabó por usarla como su propia moto y le gustó tanto, que Francisco la convirtió, poco a poco, en una moto para raid con todo tipo de elementos, desde nuevos plásticos hasta componentes para el motor e incluso una conversión a monodisco delantero para reducir la masa no suspendida.

Tras el accidente durante una de sus etapas todoterreno –durtante la prueba Malle Canyon–, Francisco se la llevó de nuevo al taller y en lugar de repararla, vio que era el momento de una nueva vida para ella y, por supuesto, se abría la puerta a una nueva oportunidad. Había que hacerla más ligera, más rápida y más llamativa. Para ello, se inspiró en la primera Yamaha XT 600 y creó un kit de 10 piezas sencillamente alucinante. Pero no solo eso, también se logró un acabado y una calidad que parecen haber salido así de fábrica. Nadie sería capaz de afirmar que está ante una Yamaha Ténéré 700 y hasta se podría afirmar que es una endurera de los años 90.
El trabajo de Hoy Moly es brutal. Presenta un aspecto muy racing, salvaje y agresivo, adaptable a cualquier Ténéré a partir de 2019, y además es un “plug and play”. Hay que desmontar la moto de serie, lo que conlleva entre tres y cuatro horas, pero montar el kit de Hoy Moly solo implica una hora de trabajo. Se puede escoger entre cinco combinaciones de colores y el kit completo cuesta 1.395 euros.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS