La Yamaha YZ400F cambió el mundo del motocross. Su presentación no solo supuso la aparición de la primera cuatro tiempos moderna, capaz de plantarle cara a las “gordas” dos tiempos de 500 centímetros cúbicos, también era una notable evolución para las motocicletas todoterreno con moto “de válvulas” en cuestiones como el peso o el tamaño general.
Todo empezó en 1996, cuando la firma de los diapasones anunció que sería la única en emplear la exención a la regla de producción, para desarrollar una nueva moto de cross con un propulsor de cuatro tiempos a lo largo de la temporada de 1997. Obviamente, la prensa se volvió loca y la noticia fue portada de los medios más importantes dedicados a la moto todoterreno. Por lo general, siempre suele ser Honda la que imponte, por su éxito, la tecnología de motores de cuatro tiempo, pero en esta ocasión Yamaha se adelantó.
Se trataba de una maniobra obligada, en aquellos años, a finales de lo 90, el motor de dos tiempos empezaba a estar mal visto, el consumo y las emisiones de estos motores son muy elevados y tanto en Estados Unidos como en Europa, se empezó a poner coto. Pero no al motor en sí, sino a las emisiones.
En Estados Unidos si hubo algo de fijación con el motor “de agujeros”, algunas facciones del gobierno veían en el motor algo sucio que debía eliminarse y en Los Ángeles había una normativa que prohibía la venta y el uso de sopladores de horas y cortadoras de césped con motores de dos tiempos, mientras que en California se diseñaba una reglamentación para limitar los motores de dos tiempos.

Con un panorama así, es lógico que alguno de los fabricantes diera finalmente el paso, sobre todo en el cross, que tiene su mayor mercado mundial en Estados Unidos. Las motos de competición no se ven afectadas por estos límites, pero es evidente que la competición y las motos de calle van de la mano y como todos sabemos, la tecnología que se desarrolla en las carreras acaba en las tiendas. Es más, sin esa conexión, hoy día, la competición no tendría sentido.
Al principio, las especulaciones eran muchas y Yamaha no soltaba prenda, aunque se sabía que el motor sería un monocilíndrico de 400 centímetros cúbicos, refrigeración líquida, culata multiválvulas, carburador Keihin y una caja de cambios de cuatro relaciones, todo ello montado en un chasis similar al de una 250 dos tiempos. Al menos así se adelantó en revistas como la yankee Dirt Bike, una de las referencias mundiales en cuanto a motocicletas todoterreno.
Finalmente, y después de algún retraso que levantó más de un comentario, la Yamaha YZ400F estaba lista. Tenía un motor de cuatro tiempos con un pistón que apenas dejaba sitio para los segmentos, una culata de cinco válvulas única en el mundo –Yamaha, por entonces, había fijado su atención en la técnica de las cinco válvulas por cilindro, que usaba incluso en la Yamaha R1–, la caja de cambios tenía cinco relaciones, tenía una gestión electrónica con sensor de posición del acelerador… El chasis era muy similar al usado en cualquier 250 dos tiempos, salvo por dos detalles necesarios en un motor de cuatro tiempos –mayor espacio para la culata, por ejemplo, mucho más alta que en cualquier dos tiempos–, aunque la geometría era idéntica a la usada en la Yamaha YZ250.
También había más cosas compartidas con la YZ250, como las suspensiones, aunque tenían tarados diferentes –rigidez del muelle y valvulado del amortiguador–, pero la Yamaha YZ400F era única en su clase y marcó un cambio importante en el mundo del motocross. La moto fue un éxito y revistas como Cycle World también elogiaron el trabajo de los japoneses.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS