La Yamaha YZF-R1, o simplemente Yamaha R1, ha sido desde el día de su presentación una de las referencias del segmento de las deportivas “de litro”. Allá por 1998, cuando se dio a conocer la primera generación, todavía no era una Superbike, entonces contaba con motores de 750 centímetros cúbicos –por la normativa del campeonato–, pero llegó para cambiar el panorama mundial de las motos deportivas.
Con las diferentes generaciones que llegaron después, la marca de los diapasones fue perfilando y afinando la moto que representa como ven la deportividad en la marca. Sin embargo, durante las primeras iteraciones de la R1, hubo una cosa que la caracterizaba: la culata con cinco válvulas por cilindro. Había sido una seña de identidad de Yamaha desde hacía bastante tiempo y la R1 la adoptó hasta el año 2006.
Ese año, 2006, se dio a conocer una generación más de la Yamaha YZF-R1, una generación que lucía un aspecto tan amenazante o más que cualquiera de las anteriores, pero con un frontal muy afilado y los escapes bajo el clarín. Tenía, sin lugar a dudas, un diseño espectacular, pero sobre todo, tenía una culata con cuatro válvulas por cilindro. Aquel año se decidió dar de lado a la característica más individual de Yamaha en pos de las prestaciones y la potencia.
Además, también hizo acto de presencia el acelerador electrónico, el RAM Air y el embrague antirrebote. Todo para gestionar debidamente los 180 CV que declaraba la marca para el cuatro cilindros de 998 centímetros cúbicos, que también presumía de nada menos que 113 Nm de par. Por si fuera poco, Yamaha declaraba un peso en seco de 177 kilos, aunque ya se sabe que por entonces, los fabricantes japoneses eran muy optimistas y entusiastas en sus datos de potencia y peso. La velocidad máxima, según la marca, era de 288 km/h, una de las deportivas “de litro” más veloces de aquel momento.
El chasis era totalmente nuevo, el basculante lucía refuerzo por abajo y las suspensiones eran de mayor calidad, con una horquilla con barras de 43 milímetros de diámetro –totalmente ajustable, como el amortiguador trasero–. Los frenos, de anclaje radical, tenían seis pistones.
Se mantuvo en producción hasta el año 2008, para después dar paso a la R1 con cigüeñal “crossplane” y su peculiar diseño. Logró que los usuarios olvidarán la generación anterior, la cual, fue acusada de ser demasiado “plana” y de haber perdido ese carácter que había tenido la Yamaha R1 en sus inicios.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.Muy buen artículo, como siempre. Lastima que sea tan breve, también como siempre.
Hola, tocayo. La sección de “moto del día” es para recordar modelos interesantes, no busca repasar la historia o las características de cada moto. Siempre os digo que si queréis un tratamiento más profundo y cuidado, lo pidáis y en cuanto se pueda, sacaremos algo más extenso. Estaré encantado de dar forma a un artículo más largo.