Moto del día: Yamaha YZR 500 OWC1

Moto del día: Yamaha YZR 500 OWC1

Campeona del Mundo con Wayne Rainey


Tiempo de lectura: 3 min.

La Yamaha YZR500 OWC1, es una máquina mítica gracias a sus diferentes éxitos en competición y a los pilotos que han tenido la oportunidad de rodar con ella, como nada menos que Wayne Rainey. Una motocicleta de otra época, una donde más que montar en moto había que domarla por culpa de aquellos histéricos motores dos tiempos de 500 centímetros cúbicos.

MotoGP lleva´varias décadas en funcionamiento. La primera temporada de la actual categoría máxima del motociclismo fue en el año 2002 y desde entonces, no ha habido otra tecnología que los motores de cuatro tiempos. Hasta aquella fecha, los motores “dos tiempos” reinaron durante décadas y fueron famosos por un temperamento no apto para pilotos con problemas de corazón ni para gente con poco fondo físico. Eran verdaderas bestias con un genio bastante delicado.

De hecho, más que la potencia, el problema de las motos de 500 centímetros de Gran Premio era el temperamento de su motor, la forma de entregar la potencia, como si fuera un motor turbo de los años 80, una enorme patada torturaba la rueda trasera y los nervios de quien iba a los mandos. Y lo más interesante todavía, es que la prensa podía probar aquellas locas máquinas. Eran pilotos seleccionados, no podía cualquiera, pero el simple hecho de permitir que un periodista se pusiera a rodar con una moto de esas, ya era todo un lujo.

Yamaha YZR 500 Joan Garriga

Fue una buena época para los aficionados, que podían leer como se conducían aquellas motocicletas, de alguien que, como ellos, no era piloto. La revista Solo Moto, por ejemplo, se subió dos veces a la Yamaha YZR 500. Una fue con la moto de Garriga, con los colores de Ducados, otra, con los colores de Malboro y con el nombre de Rainey en la pantalla. Y en ambas ocasiones, quedaron sin palabras por la forma de correr de aquella moto. En la prueba de la Yamaha de Garriga, se decía que rendía 160 CV a 12.000 revoluciones, poca cosa comparada con una superbike actual, la cual puedes comprar en cualquier tienda con más de 200 CV. Pero hablamos de los años 90, de un motor dos tiempos y de una moto que apenas superaba los 120 kilos de peso.

Por supuesto, entre la Yamaha de Rainey y la de Garriga había pequeñas diferencias, como cuatro caballos más para la YZR 500 Malboro o una velocidad máxima superior también en el caso de la Malboro –270 frente a 260 km/h–. Sin embargo, en ambas ocasiones se hablaba de dolores en los hombros, en la muñeca derecha y sensaciones pavorosas. Con la moto de Rainey, según cuenta en la prueba, existía la sensación de que la rueda delantera se despegaba del suelo con cada metro de aceleración, hasta que la rueda dejaba de tener contacto con el suelo incluso con la moto tumbada. Sentencieron que había que tener mucho coraje para mantener el motor a pleno régimen en la recta del circuito de Snetterton.

Según los datos que se publicaron en su momento –de la YZR 500 OWC1 de Rainey–, el motor, un V4 refrigerado por líquido y cotas de 56 por 50,6 milímetros para diámetro y carrera, rendía 164 CV a 11.750 revoluciones. Los cilindros tenían cinco transfers de carga con admisión por láminas, válvula de escape Power Valve de Yamaha, carburadores Mikuni y una caja de cambios de seis relaciones. Se montaba en un chasis de aluminio –¡¡sí, de aluminio!!– Deltabox, equipado con suspensiones Öhlins multirregulables y llantas Marchesini. Los discos de freno eran de acero, aunque en algunos circuitos se probaron unos Brembo de carbono.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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