La Harley-Davidson Fat Boy cumple 35 años siendo el icono adolescente

La Harley-Davidson Fat Boy cumple 35 años siendo el icono adolescente

La moto de Terminator regresa con una edición limitada que la hace más imponente


Tiempo de lectura: 5 min.

En una sociedad en la que todo va a una velocidad vertiginosa, no es de extrañar que en algunos momentos veamos como la tecnología sustituye el alma y la eficiencia arrasa con la emoción. En ese mundo resultadista, hay marcas que intentan ir un paso más allá y eso es lo que consiguieron en Harley-Davidson con la Fat Boy, una moto que es una rara excepción al ser creada no solo para transportar, sino que también para trascender entre la población.

Esta musculosa se convirtió en la seña de identidad de la marca y lo hizo con una moto que no se conduce, sino que se vive. Esa bestia de acero cuenta con un corazón de leyenda, combinándose con la rebeldía americana junto a ese espíritu aventurero que siempre han sido capaces de reconvertir los números en un gran éxito. Con todo ello, lograron hacer que esta moto, una vez pasados los años, se convirtiese en el ícono universal que es hoy en día.

Hay que rememorarse a un lejano 1990 cuando la vimos por primera vez y desde entonces no ha parado de conquistar corazones. Con una presencia imponente, que desafiaba a todo y distinta. Así nacía este modelo que con su propia silueta se imponía, como si de un desconocido se tratase en un terreno poco amigable y sin pedir permiso, así llegaba. Su rugido intenso y una mirada de acero, hacía que se convirtiese en el símbolo de una nueva era que solo empezaba con ella.

No solo conquistó las carreteras, sino que lo hizo con un imaginario colectivo que han crearon desde cero. Propia de las películas de época y los sueños húmedos y no tan húmedos de los adolescentes de la época, respiraba eso que todos soñamos con la libertad. La Fat Boy no es un producto de culto al uso, es un mito moderno que convive entre lo clásico y lo moderno, manteniendo esa esencia hollywoodense que tanto éxito le ha dado.

Harley Davidson Fat BOy Grey Ghost

De la fábrica al altar

Corría el año 1899 y la situación de Harley-Davidson era un tanto preocupante por no decir crítica. No estaban números rojos, estaba ya morados de la asfixia que estaban viviendo. No eran capaces de salir de esa tradición que tan poco éxito le daba en una etapa de crecimiento, pero eso duró muy poco. Ese momento de crispación poco duraría y lo hizo con la nueva generación.

Willie G. Davidson, nieto del fundador de la firma, decidió imponerse a la visión clásica y tradicional. Para ello, presento un dosier en el que se encontraba esa moto que salvaría a la firma de la ruina y que sigue presente 35 años más tarde. Pesada, musculosa y con un diseño limpio, capaz de combinar la tradición con la modernidad. Así llegaba esta moto tan especial.

El nombre ya era controvertido y polémico, pero era su objetivo: querían llamar la atención, dejar huella y sacudir consciencias. Lo hizo por todo lo alto y haciendo mucho ruido. Con un perfil ancho, robusto, voluminoso, unas llantas macizas y sus suspensiones ocultas, hacía que la Harley-Davidson Fat Boy no fuese una moto cruiser más.

Esta moto no ofrecía concesiones al minimalismo, era una moto excesivamente bien diseñada, con una estética llamativa. En su primera versión ya demostraba que no estaba hecha para lo convencional, con su motor Evolution de 1.340 cc, era la punta de lanza para un éxito sin precedentes y que ni siquiera ellos esperaban conseguir.

El cine como valor diferencial

En 1991 fue su gran debut. De la mano de James Cameron y Arnold Schwarzenegger, el tímido juguete americano hacía su acto de presencia en “Terminator 2: El juicio final”. Con el cyborg apareciendo en la rampa de un centro comercial con una Fat Boy acompañando. Esa escena ya fue el símbolo que marcó a una generación, convirtiéndose en la MOTO. Era una moto fuerte, erguida, directa y sin muchos adornos.

Elevada a los altares de la cultura pop, mucha gente soñaba con ella, incluso esos que no tenían ni idea de motos. Sin necesidad de marketing, solo necesitaba el rugido de su motor para acaparar las miradas. Con ello, se confirmaba que era moto ganadora del equilibrio entre tradición e innovación, sin perder fieles. Lo hizo mejorando poco a poco, con esas mejoras técnicas que no permitía que perdiese su esencia. Manteniendo esa sensación de poder encima de la moto, sin preocuparse por la velocidad ni el rendimiento. Era una moto que marcaba territorio y así lo ha hecho en sus últimas generaciones hasta llegar a la que tenemos acceso hoy.

Un aniversario muy especial

Para celebrar su 35 aniversario han querido incorporar una nueva entrega a su gama Icons Motorcycle Collection. Se trata de una moto que mantiene ese icono cultural que tanto éxito le ha dado. Con una estética atemporal, ahora cuenta con un acabado Reflection, el cual simula un baño de cromo y una edición limitada a 1990 unidades, las mismas que del año que la lanzaron.

Dejando de lado su estética, cuenta con el nuevo motor Milwaukee-Eight 117 Custom, que rinde a 101 CV y 171 Nm de par motor, junto a una suspensión recalibrada con horquillas de 49 mm y ajuste hidráulico en precarga como distintos modos de conducción.

Su precio parte de los 34.500 euros, un valor que no está nada mal si se tiene en consideración que estaos hablando de la misma moto que llevó Terminator. Pero lejos de eso, la Fat Boy es una de esas motos que hacen historia sin pretenderlo, sin ayudas externas, consiguiendo esa presencia imponente que tanto éxito le ha dado.

Fat Boy Time Line
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Alejandro Delgado

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