Es uno de los secretos mejor guardados de Harley – Davidson durante muchos años. Gracias a la plataforma Softail, que se estrenó hace ya cuatro décadas, se han podido estrenar modelos que son históricos y que guardan una personalidad realmente sorprendente. Desde entonces, no ha parado de lanzar nuevos modelos que se han inscrito en los libros de historia de la compañía americana.

Debutando en 1984 con la Harley-Davidson FXST Softail, que apostaba por un diseño robusto que guardaba una suspensión trasera oculta y un basculante diseñado con un perfil limpio –de hay su denominación “softail”, cuya traducción sería algo así como “cola suave”–. Con todo ello, esta debutante Softail sería rápidamente la base de una saga familiar de modelos personalizados de fábrica durante los próximos 40 años. En este periodo las motos han ido evolucionando, pero se han mantenido la esencia de la moto original. Inicialmente, se perfeccionó el trabajo realizado por Bill Davis, consiguiendo una gran manejabilidad gracias a la ubicación de los amortiguadores horizontales de gas que estaban situados bajo la transmisión, consiguiendo una altura más baja.  Dicho de otra manera, era una moto Harley de pura cepa y se comenzó a marcar la esencia de una marca histórica.

En este primer modelo se estrenó el motor Evolution V-twin, que sustituiría al anticuado motor Shovelhead de la familia Big Twin. Con todo ello, desde Harley-Davidson supieron hacer un trabajo muy positivo en una época donde estaban viviendo una grave crisis reputacional. Tanto es así, que el propio director de diseño de esa época, Willie Davidson, apuntó que no fue hasta años más tarde cuando se dieron cuenta de la importancia de estos cambios para la supervivencia de una marca que no estaba pasando por un buen momento.

Esta plataforma era una auténtica revolución para la marca en todo este tiempo. Se adaptaba a lo que se necesitaba, y ofrecía la capacidad de diseñar un amplio abanico de motos con un gran estilo desde el primer momento. Un claro ejemplo se encuentra con la Harley-Davidson Fat Boy diseñada en 1990, que es una de las motos más reconocibles por sus acérrimos usuarios. Esto se debe especialmente al hecho de que la FLSTF de 1.340 cc estaba presente en la película “Terminator 2: El juicio final”, donde esa imagen del motor expuesto, la presencia de unas ruedas en aluminio fundido y su estética cromada hicieron que fuera rápidamente popular, llegando a convertirse en una de las cruiser más vendidas hasta la fecha por parte de la empresa.

Durante todos estos años de existencia, en Harley – Davidson han sabido impresionar al usuario. Por ejemplo, con la Springer Softail de 1988 le dieron una segunda oportunidad a la suspensión delantera Springer, que perdió la popularidad en la década de 1950 viéndose superadas por las horquillas hidráulicas. En el caso de la Springer Deuce tiene un diseño personalizado gracias a un depósito de combustible estirado incorporando bonitos detalles cromados en la horquilla delantera y un motor Twin-Cam 88B nuevo. Más recientemente tenemos el caso de la Bobber Cross Bones, lanzada en 2008 y con una estética vintage, incorporaba unos neumáticos más anchos con un asiento individual con estribos en forma de media luna.

La plataforma Softail no ha parado de modificarse hasta conseguir modelos muy especiales. Actualmente, se encuentra en circulación la última versión lanzada en 2018, que tiene un nuevo diseño de monoamortiguador trasero situado bajo el asiento con la intención de dotarle un acabado hardtail. Como todas las motos de esta familia actuales, tiene un motor Milwaukee-Eight V Twin turbo que su principal novedad es la equipación de contrapesos dobles que pretenden eliminar la vibración primaria al ralentí. Sin duda, en Harley-Davidson sabían lo que se hacían desde el primer momento con estos modelos que han ido creciendo poco a poco, marcando la pauta a seguir en una familia en pleno crecimiento.