The Flying Merkel 471, la primera superbike norteamericana, a subasta

The Flying Merkel 471, la primera superbike norteamericana, a subasta

Era la moto más avanzada de su época, y además, era rápida: alcanzaba las 100 millas/hora


Tiempo de lectura: 3 min.

Cuando hablamos de motociclismo estadounidense, por lo general, lo primero que nos viene a la mente es Harley-Davidson, o en su defecto, Indian. En el fondo, son las marcas más internacionales y longevas, pero en realidad no son las únicas, ni ahora ni antes. De hecho, ni siquiera son las más innovadoras y para muestra, un botón. La Flying Merkel Model 471 está considerada la primera supebike creada en los Estados Unidos y en su momento, fue la moto más avanzada del mundo.

La Merkel Motorcycle fue una de las primeras marcas de motos y una de las más importantes en aquellos lejanos años. Rondamos los inicios del Siglo XX, 1903, cuando Merkel comenzó a fabricar motocicletas con motores de un solo cilindro, aunque en 1906 se atrevieron a fabricar un coche, del que se vendieron 150 unidades.

No fue hasta 1910 cuando la Merkel Motorcycle fabricó su primera motocicleta con motor V2, un propulsor que hizo famosa a la marca y por el que más se recuerda a la compañía actualmente. De todas formas, no es recordada por sus motores de dos cilindros, también por otras innovaciones como la horquilla “de armazón”, la primera versión de la horquilla telescópica y también por haber sido precursores de la suspensión trasera por un solo amortiguador. Incluso fue pionero en el uso de un alimentador de aceite por goteo, que luego fue adoptado por marcas como Harley-Davidson.

De hecho, se dice que Harley e Indian empleaban horquillas Merkel en competición, porque eran claramente superiores a las convencionales hasta 1920. También usaban cosas como válvulas de admisión automáticas y válvulas de escape de tipo “preset outlet”, unas válvulas accionadas por presión.

Flying Merkel 471 (4)

Así, es lógico que sus motos tuvieran una gran reputación. La primera Flying Merkel apareció en 1911, cuando Merkel Motorcycle estaba bajo la propiedad de la confusamente llamada Miami cycle and Manufacturing Company de Middletwon, Ohio. Por supuesto, este modelo montaba las suspensiones diseñadas por el fundador de Merkel Motorcycle, Joseph Merkel, y se anunció con el slogan “Todos los caminos son suaves para The Flying Merkel”.

La Flying Merkel fue una moto rápida desde el primer momento, con buenos resultados en los primeros circuitos de carreras –muchos de ellos no se parecen a lo que tenemos ahora ni en el negro del asfalto– y llegó a establecer nuevos récords en pruebas de Cross Country, lo que también sirvió para hacer la marca mundialmente famosa. Sin embargo, Merkel Motorcycle cerró en 1917.

Por muy potente y famoso que seas, las ventas son imprescindibles y no hay nada peor para las ventas que una guerra mundial. La Primera Guerra Mundial provocó que las ventas cayeran en picado y la demanda local se agotó casi por completo, la empresa nunca se recuperaría de aquello.

La motocicleta que ves en las imágenes es una Flying Merkel de 1914, de los últimos años de producción de la compañía. Una Flying Merkel 471 con motor de 997 centímetros cúbicos y suspensiones diseñadas por Joseph Merkel. Según se dice, es capaz de alcanzar las 100 millas/hora, unos 160 km/h, aunque en su momento lo tenía bastante complicado porque no había carreteras para ello, y además, tampoco se podía esperar que los neumáticos aguantaran.

Se cree que la moto fue propiedad del piloto “Shorty” Tompkins, de Sacramento, en 1950, pasando posteriormente por diferentes colecciones importantes como la de Stu Laidlaw o Loren Burch. Curiosamente, no ha salido nunca de California y todavía lleva la matrícula original de 1914.

RM Sotheby’s la tiene en su inventario y estima un precio de entre 60.000 y 80.000 dólares.

Flying Merkel 471 (1)
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Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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